lunes, 28 de marzo de 2011

galeras romanas

Las Galeras romanas

En la Antigüedad se utilizaron en las batallas marítimas distintos tipos de navíos y uno de los más famosos como se ha comentado anteriormente fue la galera y se trataba de un navío de guerra de gran eslora de remo y vela y en las navis longa de los romanos hay que citar el eslabón y dos ordenes de remeros aunque su número varió según los tiempos.
Normalmente llevaba este tipo de embarcación un espolón a proa, el rostrum de bronce y reforzado con zunchos de hierro trabajado este metal de forma diferente figurando una triple hoja de acero, colocado casi en la linea de flotación del navío y servía para acometer al navío de guerra enemigo y enviarle a pique por la trompada.
Tanto podía ser un pirámide aguda o una cabeza de animal con el hocico puntiagudo, el rostro o rostrum citado anteriormente. Se conserva una medalla de Loecina (Lourida) espolón formado por una cabeza de elefante y más bien dispuesta para ofender al enemigo (Los romanos ya experimentaban la guerra psicológica para asustar o desmoralizar al enemigo) que para el choque y atravesar el costado del enemigo .
Como ya se ha dicho el espolón se situaba en la linea de flotación del buque para que el golpe dado al enemigo fuera más eficaz pues el agua invadía el sellado y por los historiadores como los citados en este artículo se conoce cuan terribles eran los combates dados por loas antiguos el choque de un espolón de un buque lanzado a toda fuerza sobre el otro que era la forma de verificarse el abordaje en la Antigüedad. (En la película Ben-Hur se ve meridianamente bien)
Es curioso que es difícil encontrar en algún Museo Arqueológico del Mundo algún espolón de esa época aunque si se ven en los Bajos Relieves. Si que hay un espolón en buenas condiciones en el Arsenal de Génova encontrado en 1557 el cual en la entrada de la habitación que esta expuesto se pueden leer las siguientes palabras: Vetustionis hoc aeus romani rostrum in expurgamdo postus anno 1597 erutum unicum hac usque visuaneximiae majorum in re nautica gloriae dicavere conciver y el citado espolón tiene tres pies de altura y 9 pulgadas de espesor y es cuadrado y la figura es un jabalí. Como esta figura se ha encontrado dibujado en monedas españolas de esa época algunos opinan que perteneció alguno de los buques que pelearon con Mogón, general famoso cartaginés según arqueólogos navales.
Como anécdota histórica decir que la Tribuna de las Arengas en el Foro romano se llamaba los rostros porque estaba adornada con los espolones de los navíos o galeras apresadas a las escuadras enemigas.
Se utilizaban ingenios para las batallas marítimas como el cuervo de asas o ases que era un aparato naval o un dardo grande

En un principio sobre cubierta estaba el banco de remeros con la crupia que permitía ir de popa a proa y con el portador para vigilar el buen hacer de los remeros cuyo conjunto constituía la chusma. El número de filas varió con el tiempo y se denominaban según esto con los siguientes nombres:
  • unirreme con solo una fila de remeros
  • triacontoros galera de unos 30 metros con quince por banda
  • pentekomtoros con 50 remeros
  • birrenes con 2 filas de remos
  • trirrenes con tres filas de remos
  • cuatrirremes con 4 filas de remos
  • quinquirremes con 5 filas de remos
  • sietirremes con 7 filas de remos, etc.
A partir del siglo IV d. J. C. fueron los unirremes y birremes los más utilizados.
Los rivales de las legiones romanas y otros pueblos también construían galeras magnificas y como curiosidad histórica la de Heron bajo la dirección de Arquímedes que se dividía en siete departamentos diferentes:
  • Tenía tanta madera como 50 galeras ordinarias
  • Gran biblioteca
  • Jardines
  • Estanques
  • Cuadras
  • Un pequeño edifico de culto para adorar a Venus
  • Gimnasio
  • El suelo revestido de piedras preciosas
  • Sala para banquetes
  • 20 filas de remeros
  • 8 torres con máquinas de guerra que podían lanzar a media milla proyectiles de 300 libras
El egipcio Tolomeo Filopator también montó una gran galera 40 bancos de remeros, con 400 remeros y 400 marinos y 5. 000 soldados.
En cuanto al origen de los remeros de estos imponentes navíos de guerra conocido con el nombre de galera hay que decir lo siguiente:
  • El reclutamiento era una forma de obtener remeros para las galeras e incluso Virgilio en Eneida afirma que la juventud de Troya se ejercitaba en el arte de remar
  • Posteriormente también formaban las filas de remeros en las galeras prisioneros de guerra o esclavos de origen africano
  • S. V. Máximo nos habla también de remeros con actos criminales
  • También estaba los remeros que por pena de sus delitos se les condenaba a trabajos forzados en las galeras (Ben-Hur). A estos remeros se les denominaba galeotes.
Para la dirección de estas fortalezas flotantes 2 remos de grandes palas colocados a popa, uno encada costado y movidos desde el interior con ruedas o palancas.
Las galeras ordinarias tenían de 20 a 36 remos de longitud de 14 a 16 metros y un tercio se apoyaba en las postizano, piezas rectangulares de madera, adosadas por fuera de la embarcación, una por cada costado y que corrían a lo largo desde los yugos de popa hasta los del brazalo de proa y tenían lo siguiente:
  • Llevaban manillas
  • Empuñaduras
  • Un tercio del interior estaba chapado de plomo para equilibrar el peso de los dos tercios exteriores
  • El banco era el puesto del remero sujeto a el con cadenas cuando era galeote
  • Tenían los remeros un saco de lana para dormir
  • Como ropas tenían largo paño de burdo provisto de capucha
  • Las partes del remo estaba compuesto por palos, caña, puño y guión y había una jerga propia de ordenes dados a los remeros por el oficial que se encargaba de dar las instrucciones a los remeros o galeotes como las siguientes:
    • Aguantar con los remos. -Que significaba que el remero debía de para de remar
    • Alzar remos. -Cuando el navío entraba a puerto con el impulso adquirido antes cesar los remeros
    • Desarmar remos. -Los remos se introducían dentro del buque que se colocaban en el toletes y chumaceros
    • Halar por los remos. -Tirar fuerte
    • Ir al remo. -Solo se iba al impulso de los remos
En la película Ben-Hur en la escena de las galeras se observa a un tal Ortatus marcando el ritmo de los galeotes o remeros golpeando con unas mazas una especie de pequeño tambor o algo parecido y los sonidos que salen de el marca el ritmo de los remeros en la acción de remar para mantener todos el mismo compás Se utiliza la palabra bogar sinónimo quizás de remar. La primera boga era la de arrancada que se utilizaba para poner a la nave en marcha que se hacia un gran esfuerzo sirviéndose al mismo tiempo de todos los remos. En la película se observa diferentes ritmos de bogar o remar dando las ordenes el comandante de la flota Quinto Arrio distinguiéndose las diferentes ordenes:
  • Primero esta la boga larga a compás en la que se rema despacio y siguiendo los tiempos del tambor y los palos están más tiempo en el agua que en los otros tiempos.
  • Boga de combate. -Aquí se aumenta el ritmo de los remeros, porque el enemigo aunque lejos esta a la vista
  • Boga de ataque. -El ritmo de los remeros es muy alto y el esfuerzo dificultoso, el enemigo esta muy cerca y el choque es inminente
  • Boga de ariete. -Aquí el ritmo de los remeros es frenético y casi inhumano perdiendo muchos remeros el compás de los tiempos debido que el enemigo esta a unos pocos metros y con esta cadencia de remo tan alta se busca impactar lo más fuerte posible con el espolón de proa al barco enemigo para enviarle a pique o hacerle graves quebrantos en su nave.
Normalmente los remeros se dividían en tres clases que son las siguientes:
  • Thalamitas. -Que eran los remeros de 1º Orden que más cerca remaban cerca del agua
  • Zigitas. -Los de 2º Orden que remaban entrepuentes
  • Tharanitas. -Los del 3º Orden que remaban en cubierta y requerían a veces para mover el remo el concurso de hasta cinco hombres.
Normalmente en el orden de batalla de la escuadra romana en la que eran tres la cuña,el semicírculo, el forceps, estaba la galera real donde estaban los monarcas de la escuadra si se aventuraba a ir con ellos como ocurrió en la batalla de Accio con la galera egipcia de Cleopatra que llevaba arbolada el estandarte real.
Estos navíos armados de vela y a remo defendían también las orillas y zona costera o se utilizaban para los desembarcos que se querían ejecutar.
Esta reunión de navíos que obraban bajo la dirección de un general u otro oficial superior se denominaba escuadra con un navío que iba delante de la formación denominado cabo de fila con tres secciones que eran la del centro los navíos de gran tonelaje dirigidos por el general, a su derecha la escuadra ligera y a su izquierda navíos e vigilancia y observación cerrando la retaguardia un navío de cola.
En cuanto a la Antigüedad al principio las embarcaciones tenían vela cuadrada y un solo palo centro del barco que descansaba en un agujero llamado modius, pero al aumentar el numero de palos y velas se tuvo la necesidad de completar el aparejo con velas triangulares como la escuadra que mandaba Marcelo con tres y cuatro palos para el bloqueo de Siracusa y el palo mayor de la embarcación se denominaba acation, al que estaba al lado de popa que seguía aquel en orden epidrón, al de proa que seguía al ultimo dolón, según afirma Isidoro llevando los buques de mayores dimensiones un palo de mesana llamada artimón.
Algunos otros ingenios que se utilizaban eran los siguientes:
  • Corvus era una maquina o ingenio naval o de abordaje parecido al arpeo de hierro con unos garfios que se usaba para abordar a los barcos del enemigo y ese enorme garfio de hierro se aseguraba en la punta de un gran mastil que suspendido en unfuerte armazon servía para combatir agarrando y transtornando los sillares del coronamiento
  • Xyston grande lanza en el mástil que se tiraba para abrir brechas en las embarcaciones hostiles que hacia las funciones de un ariete de tierra.
  • Bipenis poleas con pesas para abatir la cubierta de las naves enemigas.
  • En caso de la rotura del espolón se utilizaba también las epotidae grandes tablas de madera piramidal fijas a las amuras con las puntas cubiertas de planchas de acero.
  • Liras que se utilizaba como escalas para desde el mar poder asaltar las fortalezas enemigas costeras
  • Cestones hechos de velas capturadas enemigas para la protección del vigilia
  • Torres altas para embarcaciones de poco puntal para enfrentarse a naves más grandes

Liburnia

Esta era un tipo de embarcación que tuvo su origen en Liburnia parte de la Iliria en la costa del Adriático, entre los ríos Arsia y Ticio provincia de Dalmacia y que se empleaba en la piratería de aquella época ya que sus habitantes eran los temibles liburnos que eran sarmatas o escitas. Con el auxilio de este tipo de naves de guerra venció Augusto a la flota de Marco Antonio y Cleopatra en la memorable Batalla de Accio o Actium debido a lo ligeras y maniobrables que eran en comparación a las monumentales pero lentas galeras y desde entonces se le dio preferencia en la Armada Romana. Estaba construida de los siguientes materiales:
  • Las maderas eran de ciprés y del pino alerce y abeto
  • Tenia la embarcación clavazas de cobre con preferencia de hierro.
Los tipos eran los siguientes:
  • Una orden de remeros
  • Otros más capaces de 2, 3, 4 orden de remeros
  • En la batalla de Actium se habla de 6 o más orden de remeros
Cada una de estas embarcaciones tenía su contramaestre que enseñaba y ejercitaba diariamente en sus respectivas maniobras a los remeros, pilotos y soldados.
Las mayores llevaban de avanzada una falua de cuarenta remos para hacer la descubierta, sorprender las naves enemigas, interceptar sus convoyes y avisar de su derrota y de sus intenciones. Para que no fueran avistadas por sus enemigos se camuflaban pintando dichas embarcaciones, así como sus velas y jarcias, de un color verde pardo parecido al mar y del mismo color vestían a los marineros y soldados que iban embarcados en estas naves
También decir que habían otros tipos de embarcaciones aparte de naves fumentariae que eran naves de carga, naves rotundae, naves lungae y las liburnia que eran las siguientes:
  • Naves acturiae que se utilizaban para transportar a las legiones parecidas a las unirremes
  • Hipagogae que se empleaban para el transporte de equinos con celdas para su traslado

Falua

Viene de la palabra latina faluca y eran embarcaciones menores o de reducidas dimensiones destinadas al uso de los generales de las escuadras de los romanos (cónsules, tribunos, etc.) y jefes principales de sus escuadras marítimas (Esto se ve en la película Ben-Hur como llega a la nave principal de la escuadra romana que se ha de enfrentar a los piratas con una de estas naves llamadas falua al cónsul romano llamado en la película Quinto Arrio).

domingo, 13 de marzo de 2011

la armada romana

LA ARMADA DE VIZCAYA
Como consecuencia del Descubrimiento de América, empeoraron las relaciones entre España y Portugal. El Rey de Portugal consideraba que, en virtud del Tratado de Alcáçovas, las tierras recién descubiertas le pertenecían, y en la corte española se tenían informes de que se estaba aprestando una armada en Lisboa, por lo que los Reyes Católicos llegaron a temer ataques portugueses a la segunda expedición de Colón.
Para remediar esta situación, los reyes encargaron desde Barcelona al doctor Andrés Villalón, regidor mayor y miembro del Real Consejo de Sus Altezas que organizase una armada oceánica. Con permiso real, Villalón, en julio de 1493, encomendó en Bermeo esta tarea al bilbaíno Juan de Arbolancha. La armada fue conocida como Armada de Vizcaya, por formarse en Bermeo con naves y tripulaciones vizcaínas (en el sentido amplio, esto es, vascongadas). A finales de junio Íñigo de Artieta, nombrado por los reyes Capitán General de esta armada, reúne las naves en Bermeo y a finales de julio, la armada sale para Cádiz, a donde llegan a primeros de agosto.
Esta armada estaba formada por una carraca de 1000 toneles, mandada por Iñigo de Artieta, 4 naos, de entre 405 y 100 toneles, mandadas por Martín Pérez de Fagaza, Juan Pérez de Loyola, Antón Pérez de Layzola y Juan Martínez de Amezqueta, y una carabela para tareas de enlace y exploración mandada por Sancho López de Ugarte. Llevaba casi 900 hombres. La carraca llevaba 300 hombres, la mayoría de Lequeitio, la nao de Martín Pérez de Fagaza, 200, la mayoría de Bilbao, Baracaldo y otros lugares de Vizcaya, las de Juan y Antón Pérez de Layzola, 125 por nao, casi todos guipuzcoanos, y la de Juan Martínez de Amezqueta, 70. En la carabela iban 30 hombres. El coste de la armada fueron 5.854.900 maravedíes. Las tripulaciones estaban formadas aproximadamente por un hombre de mar por cada dos hombres de guerra.
Aunque se consideraba que la misión de esta armada sería dar escolta a las naves de Colón desde su salida de Cádiz hasta que estuviesen bien adentradas en el océano, para protegerla de ataques de naves portuguesas preparadas para dirigirse hacia las tierras descubiertas, en agosto de 1493, al conocer los reyes por Colón que las naves portuguesas no iban a hacerse a la mar, es comisionada para trasladar al rey Boabdil y su corte de Adra hacia las costas africanas. A su regreso se le ordena preparar un viaje a Canarias, que no llega a realizar.
Después de la firma del Tratado de Tordesillas con Portugal, la armada deja de ser necesaria, por lo que el verano de 1494 se ordena su disolución. Pero la situación en Italia la vuelve a hacer necesaria, por lo que la disolución no llega a producirse, y la armada, aumentada con 7 carabelas, se dirige a Sicilia para unirse a las 20 naves que allí se encontraban.[9]

LA FLOTA INDIA

En agosto de 1543 se promulgó una ordenanza según la cual se establecían dos flotas anuales. La primera era llamada de Nueva España y partía desde Sanlúcar de Barrameda hacia las Antillas Mayores, de allí a Veracruz en México para recoger su cargamento y llevarlo de vuelta a la Península. La segunda era denominada de Tierra Firme y su primer destino eran las Pequeñas Antillas, desde donde continuaba hacia Panamá entre julio y agosto.
Estas flotas estaban formadas por unos 30 ó 35 navíos de los que al menos dos eran galeones, uno para el comandante de la flota y su estado mayor (llamado «Capitana») y el otro para el almirante (por lo que recibía el nombre de «Almiranta»). Ambas naves contaban con cuatro cañones de hierro, ocho cañones de bronce y 24 piezas menores. El resto de las naves iban equipadas con dos cañones, decenas de arcabuces y varias armas blancas de distintos tipos.
Estos galeones resultaban insuficientes en muchas ocasiones para garantizar la seguridad del cargamento, por lo que se dotaba a ambas flotas de una escolta formada por ocho o diez galeones. Por esta razón se llamaba a la flota escoltada “convoy de los galeones”.
Los servicios de información y seguridad eran excelentes, según J. B. Black.[10] Antes de partir hacia las Indias eran revisados tres veces y esperaban órdenes alejados de la costa para evitar que subieran a bordo piratas, renegados o moriscos, que tenían prohibido emigrar a América. La comunicación entre la capitana y la almiranta se realizaba periódicamente por medio de buques rápidos. Al avistar tierra, las naves no podían fondear para descender a tierra salvo en casos de extrema necesidad y por un período no superior a las 24 horas. Las penas por infringir estas órdenes eran contundentes, pudiendo llegar a la pena de muerte. Además, antes de su partida, se enviaba un navío rápido para informar a la Península de su llegada prevista y el cargamento que llevaban. Asimismo se recogía información del tiempo y de la posible presencia de fuerzas piratas. En caso de que la situación lo requiriera, las dos flotas podían viajar juntas o retrasar su salida o enviar el cargamento en tres o cuatro zabras, barcos de unas 200 tm, rápidos y bien armados que podían realizar el viaje en 25 ó 30 días en lugar de los mercantes habituales o, en casos extremos, renunciar a efectuar el viaje hasta el año siguiente.
Estas flotas solían llevar oro de México y/o Perú y plata de Potosí. Sin embargo, no eran los únicos productos de gran valor; sus bodegas también llevaban piedras preciosas, perlas obtenidas en las costas del Caribe venezolano y colombiano, algunas especias, como la vainilla, y plantas tintoreras muy codiciadas, como el palo de Brasil y el palo campeche.[11] Estos tesoros hacían que cualquier barco separado del resto por una tormenta, por ejemplo, fuese una presa muy codiciada, y su apresamiento permitía alimentar la leyenda de grandes capturas por parte de los piratas, que en realidad sólo ocurrieron de manera excepcional. Puede calificarse así a la Flota de Indias como una de las operaciones navales más exitosas de la historia. De hecho en los 300 años de existencia de la Flota de Indias solo dos convoyes fueron hundidos o apresados por los ingleses.

 EL ATLANTICO COMO NUEVO ESCENARIO

Durante el reinado de Felipe II, Francisco Pizarro demuestra que el Perú no era un mito y que sí era enormemente rico en metales preciosos. Este descubrimiento se uniría a los hallazgos en México y Bolivia (con las famosas minas de Potosí).
Pese a que durante muchos años los monarcas hispanos trataron de mantener en secreto lo descubierto en América, ya en 1521 piratas franceses a las órdenes de Jean Fleury lograron capturar parte del famoso «Tesoro de Moctezuma», abriendo toda una nueva vía para asaltos y abordajes en busca de fabulosos botines. Ante las relativamente inmensas riquezas encontradas, pronto cundió el ejemplo entre los franceses y el acecho y asalto a los barcos españoles fueron aumentando.
Aunque las capturas fueron ínfimas para las muchas riquezas traídas de las Indias, la importancia de estos cargamentos era demasiada como para no protegerlos. Así, España comenzó a contar con dos tipos diferentes de flotas. Por un lado, la mediterránea, en la que proliferaban las galeras movidas por remeros (barcos obsoletos, pero que la victoria en batallas como la de Lepanto parecía desmentir). Por otro, las atlánticas, integradas por naos y galeones. Aunque las galeras se mantuvieron en vigor muchas décadas, fueron las flotas atlánticas quienes realmente tuvieron el favor de Felipe II y sus herederos; el propio Juan de Austria debía dejar anclados sus barcos por falta de presupuesto tras la exitosa victoria de Lepanto.
En aquel momento, la flota atlántica contaba con las mejores técnicas y los avances más recientes en navegación; sus planos, diseño y construcción de naos y galeones eran un secreto guardado celosamente. Tanto es así que no ha llegado a nuestros días, como demostró el hecho de que ninguna de las réplicas realizadas con motivo de los 500 años del descubrimiento de América lograse igualar los tiempos conseguidos por Colón.[12] Por consiguiente, el transporte de las mercancías estaba asegurado si no mediaban tormentas que mandaran a pique muchos barcos. Los cargamentos eran llevados por dos flotas anuales que partían principalmente de Cartagena de Indias e iban escoltadas por una dotación de naos y especialmente de galeones.
A los piratas ingleses, como Francis Drake o John Hawkins, siempre se les ha presentado en Inglaterra como héroes nacionales y un auténtico calvario para las arcas de la corona española. Pero estudios más detallados sobre esta piratería indican que la potencia de la flota española era abrumadora sobre todas las demás. Un ejemplo está en la derrota que sufrieron aquellos dos piratas a manos de la flota de Nueva España en la batalla de San Juan de Ulúa en 1568, de la que los ingleses sólo pudieron salvar dos barcos.[13]
La superioridad que una formación de galeones tenía sobre cualquier armada quedó patente con los primeros combates en 1588 contra los barcos ingleses de la Grande y Felicísima Armada, a la cual tras su fracaso los ingleses apodaron irónicamente como la Armada Invencible, nombre que nunca tuvo oficialmente. En aquella ocasión no se trataba de una flota pirata, sino de todas las fuerzas inglesas luchando por la supervivencia de su propio país. Aun con todo eso no pudieron romper la formación de la Armada ni detenerla. Únicamente después de desordenar los barcos con brulotes y el apoyo de las naves neerlandesas, además de un clima desfavorable, consiguieron causarle daños a las naos y galeones españoles, pero sólo en cuatro naves (una galeaza, una nao y dos galeones), con 800 bajas (de un total de 130 navíos y casi 29.000 hombres). Esta no es una tesis revisionista ni significa que la Invencible no fracasara, pero sí que la acción de la escuadra inglesa no causó el desastre.
Tras esta victoria cundió el optimismo en la corte de Isabel I, e incluso la euforia, lo que les llevó en parte a organizar la Contra-Armada. Los ingleses consideraban posible invadir España por La Coruña, pero los hechos demostraron que estaban equivocados. Los hombres que mandó Álvaro de Bazán antes de su muerte y los habitantes de las ciudades los aguardaban y les infringieron una contundente derrota, primero en La Coruña y después en Lisboa, Cádiz y Cartagena de Indias. Los ingleses perdieron también 20 naves y 12.000 de sus hombres. La diferencia con las bajas españolas es que esta cifra era más de la mitad de los soldados y marineros enviados (20.000 en total), la mayoría bajo los cañones españoles. El consejo privado de Isabel I en un informe reservado calificó la operación de la siguiente manera:
La expedición de la Contra-Armada ha sido no sólo una catástrofe financiera, sino también estratégica.[13]
Felipe II envió dos armadas más contra Inglaterra, que también fracasaron a causa del tiempo. Pero esto no es algo único: Japón nunca fue invadido por los mongoles gracias al llamado «Viento Divino» (Kamikaze, en japonés).
Las hostilidades siguieron entre las dos naciones, que estaban cada vez más agotadas. Según algunos historiadores, como Mariano González Arnao, si Felipe II no planificó concienzudamente la invasión de Inglaterra, más bien aguardaba la intervención divina en una causa que debía ser también la suya. Si hubiera trazado un plan meticuloso, como era él, los resultados hubiesen sido muy diferentes, pues Inglaterra realmente contaba con muy pocas fuerzas para defenderse.[14] Esto parecen confirmarlo hechos como:
  • En julio de 1595 el capitán Carlos de Amésquita pasó siete días con sus tres galeras desembarcado en tierras inglesas sin encontrar excesiva resistencia.
  • Con Felipe III, Juan del Águila desembarcó 3.500 infantes en Kinsale y aguantó allí 4 meses, hasta que finalmente se retiró en febrero de 1602.
A finales del siglo XVI, las dos naciones estaban exhaustas. España había logrado victorias frente al duque de Essex y en las Azores frente a Raleigh, desbaratando el intento de conquista inglés del Istmo de Panamá en 1596, sonado fracaso que costó la vida a los dos mejores marinos ingleses de la época, sir Francis Drake y John Hawkins. Por su parte, los hombres del corsario George Clifford, tercer conde de Cumberland lograron apoderarse de San Juan de Puerto Rico en 1598, aunque tuvieron que retirarse a los pocos meses. Ante esta situación, con una suerte de la guerra muy tornadiza y con la muerte de Isabel I, España e Inglaterra se apresuraron a firmar el Tratado de Londres en agosto de 1604.


armada japonesa

Los primeros astilleros diseñados para crear naves de estilo occidental fueron los de Nagasaki,[2] creados en 1857 bajo el shogunato.
Corbeta Kongo en 1878.
En 1869, durante la llamada Era Meiji se establece un plan para potenciar el arma de mar japonesa en prevención de probables intervenciones armadas tanto de EE.UU. como de otras naciones. Muy patentes estaban las incursiones del comodoro Perry en 1854.
Se ideó un ambicioso plan de 200 naves en 10 flotillas de 20 unidades cada una, pero rebeliones internas como las lideradas por el clan Satsuma en 1877 hicieron retrasar el plan original por algún tiempo.
Como se requería el fortalecimiento de las fuerzas de mar, los japoneses se decidieron a crear una marina a partir de cero. Para ello, los ingenieros japoneses observaron a sus probables rivales tales como Inglaterra y se decidieron a adoptar las políticas navales y militares de las potencias europeas para poder lograr no sólo estar a la misma altura si no que además superarlos en el futuro.
Para ello se envió en 1871 a una delegación de guardiamarinas a imbuirse en todo lo concerniente a lo naval a Inglaterra, entre ellos iba Heihachiro Togo, que sería considerado el padre de la armada japonesa y futuro héroe de la Batalla de Tsushima. En 1871 se decretó que la armada inglesa debía ser el modelo a seguir.
En 1876, estando en Inglaterra, Japón encargo la construcción de su primer acorazado, el Hiei. Togo supervisó la construcción y luego lo entregó en 1877 a su patria. Éste fue el comienzo oficial de la armada japonesa de alta mar. Togo fue ascendido a capitán de navío. Para 1880 ya se poseían 5 navíos.
Rápidamente se incorporó al Jho Sho Maru (Más tarde:Ryujo Maru), el Naniwa y el Takachiho todo esto en 1879.
En 1880, elgobierno Meiji encarga la construcción de 48 navíos, de los cuales 22 son torpederos. También se obtuvo ejemplos de la marina de Francia para copiar algunas de las futuras unidades en construcción.
16 lanchas torpederas clase Kotaba fueron encargados a Francia, a la famosa compañía Creusot, éstos se remitieron por piezas a Japón donde se ensamblaron.
En este periodo, los técnicos japoneses se embeben de la tecnología del torpedo y de las minas submarinas, desarrollando los primeros torpedos en 1884. En 1886, se funda el Centro de Entrenamiento de Torpedos en Yokosuka.
En 1886, se construyen los astilleros de Kure y Sasebo. El primer nombre que tuvo la armada japonesa moderna se llamó Kaikoku Nippon. El primer astillero en botar unidades es el de Yokosuka con la clase Sanseikan, 3 unidades de 320 mm de calibre como armamento principal, éstos tenían la categoría de cruceros.
Éstos eran el Matsushima con 4.700 t y Itsukushima, construido en Francia y que sirvió de guía para los otros dos, y el Hashidate, todos clase Sanseikan.
Se encarga a Inglaterra, al Chiyoda (2.438 t), un crucero pequeño que sirve de guía para construir en Yokosuka al Yaeyama, de 1800 t. Luego se bota al Takao de 1.600 toneladas en el mismo astillero. Se encarga a Francia al Chishima, un explorador de 726 t.
El primer ingeniero naval japonés se llamó Sasō Sachū fue el diseñador (copiador y mejorador) de estas unidades iniciales.
Para mientras Japón empezó a construir los futuros astilleros de Ishikawajima y Kawasaki.
Además de intentar repotenciar las unidades existentes para contrarrestar a las unidades chinas que se iban incorporando provenientes de Alemania, Sachū debió además adecuarlas a las particulares condiciones de mar que rodean al Japón.
Acorazado Mikasa.
El primer contraalmirante se llamó Tsuboi y dirigió en 1892 la construcción del Yoshino, siendo el crucero más rápido del mundo, éste fue botado en los astilleros ingleses Armstrong Works en Elswick, Newcastle sobre el río Tyne.[3]

Primera Guerra Sino-Japonesa

A medida que Japón iba modernizando su Armada, las necesidades de materiales iban en aumento, de este modo Japón ejerció presión para controlar la península de Corea, bajo control chino. China había comenzado un programa de modernización naval unos años antes, encargando unidades a Alemania. Esta situación condujo a una serie de escaramuzas previas y finalmente al inicio de hostilidades el 1 de agosto de 1894.
El 17 de septiembre de ese año la flota japonesa alcanzó el estuario del río Yalu y sorprendió a la flota Beiyang de los chinos, propinándole una contundente derrota con la pérdida del 70% de sus efectivos. En esa batalla se demostró además la corrupción imperante en China, pues parte de los proyectiles artilleros habían sido rellenados con agua o cemento en lugar de explosivo. También es de destacar que altos cuadros de la flota china abandonaron sus puestos y huyeron apenas empezaron a caer proyectiles. Todo ello contribuyó a que una flota japonesa inferior ganase la batalla.
Finalmente China firmó la rendición en 1895, concediendo la independencia a Corea, y entregando como compensación Taiwán, las islas Pescadores, Manchuria y la península de Liaodong, aunque Rusia obligó a Japón a devolverla a China, sólo para que los rusos la ocuparan a su vez poco después. Al quedar de este modo desestabilizada la situación geopolítica de la zona, futura semilla para el próximo conflicto entre el Imperio japonés con la Rusia Imperial, se produjeron tensiones entre Rusia y Japón que el Reino Unido veía con buenos ojos. En 1900, Japón intervino en China nuevamente en la llamada Rebelión de los Boxers junto a Alemania y otras naciones.[4]

Guerra Ruso-Japonesa

Considerando la penetración rusa en Corea y Manchuria un riesgo a su seguridad nacional, Japón exige a Rusia que abandone Manchuria, en cumplimiento de los acuerdos de 1900.
Rusia dilata las conversaciones diplomáticas durante 2 años. Cabe destacar que Nicolás II sentía animadversión hacía el país nipón a raíz de un atentado ocurrido durante una visita de cortesía en 1891.
Japón, harto de esperar en vano una respuesta, y tras enviar un ultimátum, rompe relaciones diplomáticas el 6 de febrero de 1904. Un día antes, el 5 de febrero, las hostilidades se inician con un ataque a Port Arthur, que no puede ser considerado ataque sorpresa por la existencia del ultimátum.
La Armada Imperial Japonesa debido a la alianza con Inglaterra se había potenciado con excelentes navíos de guerra de todo tipo, además había encargado varias otras unidades a Francia, Alemania, una a los Estados Unidos e inclusive un buque adquirido a la Armada de Chile, el crucero Prat.
El entrenamiento japonés era intensivo, además los proyectiles desarrollados eran del tipo perforante. Las condiciones de desenlace favorable siempre estuvieron en las manos del Japón.
Los rusos en cambio, carecían de la disciplina adecuada, la oficialidad caía en la franca mediocridad y sumado a los conflictos internos de Rusia, lo anticuado de sus naves y la inoperancia de sus mandos, la catástrofe se veía venir. En 1904, Japón puso sitio a Port Arthur y se realizaron una serie de escaramuzas, todas fatales para los rusos, en el mismo puerto fue masacrada y convertida en pecios parte de la flota rusa.
En la Batalla de Tsushima en 1905, Japón destruyó el resto de la flota rusa proveniente del mar Báltico y Rusia se vio obligada a solicitar el armisticio bajo la tutela de EE.UU quien se ofreció de mediador.
Dentro de las estipulaciones del armisticio, Japón renunciaba a conquistar nuevos territorios, lo que fue mal visto por los militares japoneses, estas disposiciones fundaron la semilla de guerra nuevamente, esta vez con los EE.UU. para el futuro.
La derrota de Rusia fue recibida con verdadera conmoción en Occidente, el Japón se ganó el respeto de las potencias europeas, especialmente a través de Asia. Que un país no occidental pudiera derrotar en un conflicto bélico a un poder establecido resultó particularmente inspirador para varios movimientos independentistas anticoloniales alrededor del mundo.
De ahí en adelante la Armada Imperial Japonesa se erigió como una de las más poderosas y temidas del mundo en esa época. Después de esta guerra y como consecuencia principal, la armada adquirió prestigio nacional e internacional y quizás lo más nefasto es que se instaló en la conciencia japonesa el mal de victoria. Esta mentalidad adquirida condujo a que el Japón se desarrollara por un lado como una de las armadas más poderosas, modernas y potentes del mundo y por otro lado abriera sus apetitos expansionistas en la búsqueda de recursos naturales.[5]

Primera Guerra Mundial

Artículo principal: Primera Guerra Mundial
IIN Satsuma en 1906.
Acorazado Kongo en 1925.
Con la apertura de la entonces llamada Gran Guerra, Japón continuó aliado al bando inglés adquiriendo de este modo como enemigos a Alemania y el Imperio austrohúngaro.
Japón siguió aumentando su Armada, contaba con el primer acorazado monocalibre tipo Dreadnougth, el Satsuma botado en Yokosuka en 1906, curiosamente antes que el mismo HMS Dreadnought, al que le siguió el acorazado Kawachi, en 1910. Posteriormente se le sumó el nuevo crucero de batalla Kongo, el buque más moderno y potente de su época, seguido por el resto de miembros de su clase, los Hiei (1912), Haruna y Kirishima en 1913.[6]
A raíz del conflicto mundial Inglaterra intentó obtener en préstamo el Kongo, a lo que Japón se negó, siendo éste el último buque construido para la Armada Imperial Japonesa fuera de astilleros japoneses.
De diseño y construcción totalmente nipones fue ya la clase Fusō, compuesta por los acorazados Fusō y Yamashiro; luego un perfeccionamiento sobre esta clase, mejorando protección y armamento dio lugar a la clase Ise, cuyos miembros eran el Ise y el Hyuga. Posteriormente vinieron los acorazados Nagato (1919) y Mutsu (1921), que constituyeron la vanguardia en acorazados.
La intervención de Japón en la Gran Guerra se inició con el asedio y conquista de Tsingtao en la batalla de Tsingtao. El 15 de agosto de 1914, Japón dio un ultimátum a la Alemania imperial conminándola a salir de las aguas chinas y japonesas y transferir el control de Tsingtao a Japón.
La flota alemana al mando del conde Maximilian von Spee que estaba al ancla en ese puerto se retiró casi en su totalidad hacia sus posesiones del Pacífico, en Pagan, en las Marianas. Se destacó el crucero SMS Emden para realizar guerra de corso en ese sector.
El 23 de agosto, el plazo expiró y Japón inició el ataque por tierra con infantería el 13 de septiembre, contando el apoyo naval de unidades pesadas como el Suwo, el Kongo, el Kawachi y el Settsu, rindiéndose la plaza defendida por los alemanes el 6 de noviembre.
Una vez destruida la flota de Spee en la Batalla de las islas Malvinas, Japón aprovechó las circunstancias y se apropió de las posesiones de Alemania en las Marianas, Islas Carolinas y las Marshall hasta el fin del conflicto. También se destacó en el Mediterráneo una flotilla de destructores liderada por un crucero ligero, que protegieron efectivamente convoyes Aliados, con la única pérdida de un destructor a manos de un sumergible austriaco, por ello, una vez terminado el conflicto, Japón recibió como compensación de guerra varios submarinos germanos, que fueron minuciosamente estudiados y que darían pie a la posterior potente flota submarina japonesa.
Al finalizar la Primera Guerra Mundial, y en el plazo de unas cuatro décadas, la flota japonesa era la tercera Armada del mundo, y la ingeniería naval japonesa estaba en condiciones de superar a sus pares.

El Tratado naval de Washington de 1922

Limítes de toneladas
País Acorazados Portaviones
Inglaterra 525,000 toneladas
(533,000 t)
135,000 toneladas
(137,000 t)
Estados Unidos 525,000 toneladas
(533,000 t)
135,000 toneladas
(137,000 t)
Japón 315,000 toneladas
(320,000 t)
81,000 toneladas
(81,000 t)
Francia 175,000 toneladas
(178,000 t)
60,000 toneladas
(61,000 t)
Italia 175,000 toneladas
(178,000 t)
60,000 toneladas
(61,000 t)
Para 1920, Japón se había embarcado en un ambicioso programa naval que buscaba intentar equipararse a Inglaterra y EE.UU. Se habían puesto en grada dos acorazados: el Kaga y el Tosa, que eran mejoras de los acorazados tipo Nagato; además se estaban construyendo cuatro cruceros de batalla con cañones de 16 pulgadas: El Amagi, Takao, Atago, Akagi. Además estaban ya planificados dos nuevos acorazados que superarían a la clase Kaga, el Kii y el Owari.
El rápido y sorprendente desarrollo de la armada japonesa causó alarma en los círculos ingleses y estadounidenses. Estados Unidos logró que Japón se concertara en un tratado que desaceleraría la carrera en armamento naval que Japón había impuesto sobre estas naciones. Para lograr que Japón firmara dicho acuerdo se ofreció a la nación nipona un acuerdo cuatripartito en que Inglaterra y EE.UU renunciaban a construir bases en Hong-Kong y en las Filipinas durante 10 años, garantizando una especie de hegemonía de Japón en toda el área del Pacífico oriental. A cambio, Japón se abstenía de construir más acorazados por el plazo de 10 años y seguiría siendo la tercera armada en importancia del mundo. Estados Unidos e Inglaterra tendrían un tonelaje bélico de 525.000 toneladas; Japón solo 315.000 toneladas en buques de guerra, Francia quedaría en 4º lugar con 175.000 toneladas, lo mismo que la nación italiana.[7]

El periodo de 1922 a 1932

Japón dio rápido cumplimiento al tratado y quedaron en trámite de desguazar en grada, el Kaga (a medio construir) y el Tosa (casi terminado) que fue empleado como pontón y blanco.
Se desguazó además el Takao y el Atago.
Es en este punto, que la Armada de Japón se empieza a interesar en una nueva arma, el portaaviones, y hace los cambios necesarios para la transformación de algunas naves.
El Akagi y el Amagi seguirían camino a ser reconvertidos en la nueva arma que postulaba el capitán de navío Isoroku Yamamoto, el portaaviones de ataque, cuya expresión inicial era el pequeño portaaviones experimental y diseñado desde el principio como tal, el Hōshō de 1921.
En 1923, se botó el primer crucero pesado en su verdadero concepto, el Yubari, cuyo diseño inspiraría a los clase Furutaka.
El casco del Kaga siguió el mismo camino más tarde y fue botado como portaaviones en 1923.
Si bien el tratado limitaba el número de unidades a Japón, los ingenieros navales japoneses se propusieron como objetivo que cada unidad fuese superior en armamento, velocidad y blindaje.
Destructor Ayanami.
De este modo, se cambiaron los calibres en las unidades clase Kongō montándoseles calibres de 356 mm y a los clase Nagato, se les dotó con piezas de 406 mm, al momento de ser montados estos cañones, eran el calibre más grande a flote.
En 1925, se botaba el portaaviones Akagi con su singular diseño de tres cubiertas y se comisionaría en 1927.
En 1926, se botó el primer submarino I-1 clase Junsen, con un desplazamiento de 2480 toneladas y 97,5 m de eslora armado con cañones de 140 mm y seis tubos lanzatorpedos de 53 cm.
Luego se botaron en rápida sucesión, los tipo: KD2 (1 unidad), KD3 (8 unidades), KD4 (4 unidades) y KD5 (2 unidades); estos submarinos eran bastante similares entre si, podían sumergirse a 100 m de profundidad, navegar a 8 nudos en inmersión y 21 nudos en superficie.
Crucero Kuma.
Los clase Kuma, eran cruceros exploradores basados en el Tenryu y resultaron ser unidades muy prácticas para todo cometido, en especial el abastecimiento y asistencia de submarinos en alta mar, más tarde se les usaría como buques de transporte de soldados. A estas unidades les siguieron los clase Natori con puente más robusto pero con la misma línea del casco que sus predecesores y más tarde, los rápidos y mejor armados clase Jintsu.
En 1928, Japón marcó una sustancial diferencia al botar los destructores clase Fubuki, cuyo armamento central eran 3 torretas cerradas de lanzatorpedos capaz de lanzar el famoso torpedo Tipo 93 de 61 cm de diámetro, con propulsión por oxígeno y sin estela.
Los clase Fubuki eran destructores capaces de maniobrar y atacar aun en estado de mar gruesa que era característico del mar de Japón, a una gran velocidad y además estaban excelentemente artillados. El innovador diseño del Fubuki sirvió de guía a otros países y superó a los que ya había botado Japón tales como los Minekaze, los Momi y los Mutsuki dejándolos virtualmente anticuados en menos de 8 años.
Mientras se construían los portaaviones, los japoneses fueron asistidos por expertos ingleses en el entrenamiento de pilotos navales y técnicas de lanzamiento de torpedos y bombardeo en picado.
El Ryujo o Ryujyo fue el segundo portaaviones ligero de la Armada Imperial Japonesa. Fue construido en los astilleros de Mitsubishi en Yokohama en 1929, botado en 1931 y comisionado en 1933.
Portaviones ligero Ryūjō.
Asimismo, fueron botados los primeros y más modernos cruceros de reducto central, los clase Furutaka con artillería de 197 mm. Luego siguieron los clase Aoba con una artillería de 200 mm en 3 torres dobles, todos no sobrepasaban las 10.000 toneladas de desplazamiento.
En 1928, se botaron los clase Myōkō, que eran superiores a los anteriores con cañones de 200 mm en 4 torres dobles, estos magníficos navíos causaron una enorme impresión cuando se presentaron en Inglaterra en 1929.
En 1933, se colocaron sobre la mesa los primeros esbozos de los que serían los super acorazados clase Yamato, cuyo diseño superaba a cuanto se conocía en ese momento.
Cabe destacar que Japón consideraba como serio adversario a los EE.UU debido a su intervencionismo en los intereses de Japón por conquistar nuevos territorios.[8]Conferencia naval de Londres de 1930
En esta conferencia celebrada en el Reino Unido, Japón intentó poseer 78.000 toneladas en submarinos, pero sólo se consiguieron 52.000 toneladas tanto para el mismo Japón como para EE.UU e Inglaterra. Esto no dejó contento a los japoneses pues aquel número limitaba los planes estratégicos de la flota combinada.
La aceptación política de este tratado separó las fuerzas políticas civiles de las militares en un ambiente convulsionado y trajo consecuencias a posteriori.[9]

Perfil formativo de un marino japonés

La instrucción de un marino en la armada japonesa era muy dura, se exigía la obediencia absoluta y estar dispuesto al sacrificio en bien de su patria. Para las clases menores, los errores se pagaban con azotes en los muslos e incluso prisión. La reiteración significaba una humillante expulsión de las filas. Se enfatizaba la cooperación y el trabajo en equipo, que el marino fuese creativo y dispuesto a incluso tomar decisiones en caso de no contar con oficiales al mando.
Para la oficialidad, la vida no era menos dura, se les exigía que no solo fuesen autómatas en ejecutar las órdenes sin no que fuesen capaces de cuestionarlas y proponer ideas e iniciativas nuevas a su oficial superior, si el superior se mantenía en la postura, el oficial debía obedecer ciegamente lo ordenado.
El oficial podía incluso discutir, proponer, desmentir y explayar sus ideas sobre un determinado plan sin faltar el respeto a la institución monolítica del mando. Una vez hallado el consenso, el plan se ejecutaba al pie de la letra sin dar pie atrás.[10]

Ocupación de Manchuria y Segunda Guerra Sino-Japonesa

Artículo principal: Segunda Guerra Sino-Japonesa
El ejército japonés invade Manchuria en 1931 y funda el estado independiente de Manchukuo con el ex-emperador chino Pu-yi como cabeza política visible. En 1933, Japón se retira de la Sociedad de Naciones y en 1934, se desprende de los tratados firmados hasta entonces desamarrándose de las limitaciones armamentísticas y estratégicas que tanto oprimía a los círculos militares y navales del Imperio nipón.
Acorazado Ise en sus inicios.
En 1933, se esbozan los primeros planos de los superacorazados clase Yamato.
Entre 1934 y 1935 el Kaga fue profundamente modificado, eliminando su tres cubiertas y dotándolo de una única cubierta completa. El Akagi experimentó la misma modificación entre 1935 y 1938.
En 1937, se suma a la flota de portaaviones el Soryu, y se bota una versión mejorada del Soryu, el Hiryu, que al año siguiente también se uniría a la flota.
Modelo del Yamato.
En marzo de ese año se ordena el primer superacorazado, el Yamato.
El 19 de agosto de 1937, el USS Augusta anclado en la salida del Yang Tzé en el puerto de Nankín fue atacado por un avión japonés causándole una baja. Este crucero americano estaba realizando labores de evacuación de connacionales de territorio chino, la marina japonesa se disculpó aduciendo confusión del piloto.
Crucero Suzuya.
En noviembre de 1937, se coloca en grada la quilla del Yamato, y se ordena al Musashi.
El 12 de dicimbre de 1937, tuvo lugar el segundo incidente japonés-americano entre el USS Panay y aviones de patrulla japonesa. El resultado del incidente fue el hundimiento de la unidad americana en el Yang-Tzé, la muerte de un periodista italiano y dejar herido al capitán mas 43 marineros heridos, 11 de ellos de gravedad. La armada japonesa pidió disculpas aduciendo un error de identificación.
El gobierno norteamericano se ofreció en mediación en el conflicto pero las pretensiones y amenazas de embargo de petróleo no hicieron otra cosa que ahondar las distancias entre ambos gobiernos.
Formalmente EE.UU. exigió la salida de las fuerzas japonesas de territorio chino, lo que se interpretó como una amenaza hostil para los círculos militares japoneses. En junio de 1938, se coloca en grada al segundo superacorazado clase Yamato, el Musashi.
Más tarde, se encarga el tercer acorazado, el Shinano.[11]

Situación pre-guerra

El Hōshō, el primer navio diseñado para servir como portaaviones en el mundo fue terminado en 1922.
En 1940, el ambiente en el Pacífico era candente, los japoneses seguían en ocupación del territorio chino y amenazaban seriamente la estabilidad con Corea y además los intereses americanos estaban siendo mellados por la política militar expansionista japonesa.
Los Estados Unidos y el Reino Unido impusieron un embargo de metal en bruto seguido por uno de petróleo, una congelación de bienes y el cierre del Canal de Panamá para naves japonesas
Japón empezó a ser ahogado peligrosa y económicamente al cortársele los suministros de metal y de petróleo.
Dada la situación imperante, los militares y la oficialidad de la Marina nipona acabaron por sobreponerse en los designios políticos del Japón. Nunca antes el Japón se había sentido más fuerte para afrontar un conflicto a gran escala. Los militares japoneses consideraban a los americanos como seres desprovistos de voluntad nacional, perezosos y viciosos.
Los acorazado Yamashiro, Fuso y Haruna (en el mismo orden).
De acuerdo con la concepción histórica tradicional entre 1945 y 1989, el mismo emperador Hirohito fue arrastrado por las corrientes bélicas en el palacio, y era manipulado desde atrás sutilmente por militares japoneses enardecidos en nacionalismo que deseaban la guerra con América. La documentación histórica publicada tras la muerte de Hirohito sugiere una mayor implicación del emperador en esta política bélica y su directo respaldo a los militares más nacionalistas (facción Tōseiha). A raíz de estos hallazgos, surgió una controversia, que aún continúa, sobre el alcance de la participación de Hirohito en la guerra.
La creciente tensión en el Pacífico llevó a que finalmente el gobierno japonés se aviniera a firmar el 27 de septiembre de 1940 el denominado Pacto Tripartito e integrar las fueras del Eje. Por él, Japón reconocía el liderazgo de Alemania e Italia en Europa y las dos potencias fascistas aceptaban la hegemonía nipona en Asia.
Además, y aquí estaba la clave del pacto, los tres firmantes se prometían emplear cualquier medio político, económico o militar para ayudarse en caso de ser atacados por cualquier potencia no involucrada en la guerra europea o en el conflicto chino-japonés. El pacto iba dirigido evidentemente contra EE. UU. e indirectamente a la U.R.S.S.
A fines de 1940, el almirante Isoroku Yamamoto fue llamado a Palacio para que pusiese a la Armada en pie de alerta ante el escenario que se estaba desarrollando. Yamamoto explicó al príncipe Konoye que él sólo podía garantizar un año de victorias y que si Japón era incapaz de colocar un golpe contundente y poner de rodillas al gigante americano, las cosas iban a tornarse muy difíciles para el Imperio japonés. Se le solicitó a Yamamoto que elaborara un plan para dar ese primer golpe a América.
En esa época se trasladaron a los astilleros los transatlánticos Izumo Maru Y Kashiwara Maru para ser transformados en los portaaviones ligeros Junyo y Hiyō.
El ataque inglés a Tarento en 1940 dio luces a los japoneses sobre lo que podían hacer aviones cargados con torpedos sobre acorazados anclados en un puerto.[12] [13]
Muchos tácticos y oficiales de la armada fueron convocados a bordo del acorazado Nagato en marzo de 1941 y se les pidió un esbozo de plan de ataque. El plan denominado plan Z, finalmente aceptado, fue el presentado por Minoru Genda, hábil estratega japonés, cuyo plan estaba basado en el ataque a Tarento.
Los preparativos y entrenamiento empezaron en marzo de 1941.
El estado militar del Japón para 1941, no podía ser mejor, estaba equiparado al poderío militar americano e incluso superaban en calibre y número de cañones a flote a los americanos.
  • Los efectivos en servicio eran:
para diciembre de 1941 habían 291.359 marineros y oficiales, incluyendo 1.500 pilotos, de los cuales 350 eran altamente entrenados y servían en los portaaviones.[14]
En el momento previo del ataque a Pearl Harbor en diciembre de 1941, la armada nipona contaba con:

Acorazados

Rangos dentro la Fuerza Aérea de la Armada Imperial Japonesa.
(1) 4 clase Yamato (Uno, el Yamato, prácticamente terminado, y 3 más en construcción (uno, el Musashi, otro, el Shinano, convertido más tarde en portaaviones, y el cuarto, finalmente no terminado))

 Portaaviones

(1) Shōhō, Zuihō, Junyō, Hiyō, Unyō, Chuyo y Taiyō conversiones de otros tipos de buque.

  Cruceros pesados

(1) Ibuki ordenado como crucero, transformado en portaaviones: no terminado.
(2) los Mogami se construyeron como cruceros ligeros, pero se modificaron como cruceros pesados durante 1941.

[editar] Cruceros ligeros

(1) 3 clase Katori (1 cancelado, el Kashiwara), 4 clase Agano y 2 clase Ōyodo (1 cancelado, el Niyodo


Destructores

(1) 27 clase Yugumo y 16 clase Akitsuki en construcción

Submarinos

 Otros

  • 90 patrulleras, lanchas armadas, mercantes armados y caza-submarinos
  • 6 minadores,
  • 42 dragaminas
  • 55 auxiliares

Mercantes

Gran cantidad bajo directo control de la Armada, como mercantes armados.
  • 1939 - 2.337 con 5.629.845 toneladas.
  • construcción de 4.250.000 toneladas durante la Segunda Guerra Mundial.

Aviones

  • 1750 de primera línea, con 370 de entrenamiento
    • 660 cazas
    • 330 aviones de ataque embarcados
    • 240 bombarderos bimotores
    • 520 hidroaviones e hidrocanoas

Entrada en la Segunda Guerra Mundial

Cazas Mitsubishi A6M listos para despegar desde sus bases de Corea rumbo a la isla de Kyushu. Se aprecia el depósito suplementario de combustible bajo el fuselaje.
El primero de una serie de éxitos fue el ataque a Pearl Harbor, la base americana en las Hawai, el domingo 7 de diciembre de 1941.
El arduo entrenamiento dio como resultado un sorprendente ataque japonés muy similar al de Tarento, de hecho, los japoneses se habían fijado en este ataque al elaborar el plan Z.
El resultado de este ataque sorpresa en dos oleadas sucesivas fue paradójico para el Japón, pues hundió no solo los acorazados americanos, si no también su concepto como elemento básico de una marina de guerra.
Los japoneses perdieron 29 aviones con sus 55 tripulantes, así como los 5 minisubmarinos que participaron en el ataque y 9 de sus tripulantes. El décimo marino fue el primer prisionero de guerra japonés.[15]
Las bajas estadounidenses ascendieron a 2.403 muertos, 5 acorazados hundidos, otros 3 dañados, 3 cruceros hundidos, 3 destructores hundidos, 188 aviones destruidos y otros 155 dañados.
Cruceros de la clase Mogami.
Los japoneses se habían entrenado para una batalla decisiva que nunca llegó, en que su fortaleza se basaba en la superioridad en acorazados. De hecho obligó a los EE.UU a usar los portaaviones como arma ofensiva y su desempeño a la larga resultó funesta para la armada japonesa.
Otro hecho relevante fue que despertó en los americanos el deseo de lucha y venganza ,levantando y transformando la alicaída moral inicial en un coraje hacía el pueblo japonés. Junto con el ataque a Pearl Harbor, los japoneses iniciaron la conquista de Indochina, al tiempo que una fuerza conducida por el almirante Kondo llegaba el 9 de diciembre a la denominada Área Sur donde se debía conquistar las Filipinas, las Indias Orientales y la península Malaya.[16]

Éxitos iniciales

El 10 de diciembre hundieron mediante un ataque aéreo al acorazado HMS Prince of Wales y al crucero de batalla HMS Repulse. Los aviones japoneses estaban basados en Indochina y las fuerzas del almirante Kondo no tuvieron necesidad de intervenir a pesar de que ya se dirigían al sector. (ver: Hundimiento del HMS Prince of Wales y del HMS Repulse)
El 11 de diciembre los japoneses efectuaron el Invasión de Wake forzando después de dos dramáticos intentos de desembarco, a rendirse a los marinos y personal civil que guarnecían la isla y que dieron una feroz defensa hundiendo al primer buque de guerra japonés, el destructor Hayate.
Los japoneses se vieron obligados a emplear unidades mayores como los portaaviones Hiryu y Soryu que venían de vuelta desde Pearl Harbor para rendir la isla, capturando a 98 civiles. La pérdida de Wake fue considerada por los EE.UU como irrelevante.
Para comienzos de 1942, las posiciones japonesas en el Pacífico Sur estaban consolidadas.
Sumatra había sido conquistada, Singapur estaba a pasos de caer, la isla de Borneo estaba siendo conquistada, Timor estaba en vías de ser invadida y nada podía contener el imparable avance japonés que convergía en Java, mientras EE.UU. todavía no se recuperaba del mazazo de Pearl Harbor.
Portaviones Soryu.
El 4 de febrero de 1942, una fuerza combinada holandesa-americana fue atacada por bombarderos japoneses en Bali, averiando gravemente al SS Houston y al SS Marblehead, este hecho desembocaría en consecuencias para los aliados, el 18 de febrero cuando las fuerzas del contraalmirante Karel Doorman fueron rechazadas en un combate naval en que participó el crucero ligero Nagara y tres destructores en el estrecho de Lombok, en el área de Bali, perdiendo los americanos el destructor Piet Hein y el Tromp. Este episodio sería considerado como la Batalla del Mar de Java en su primera fase.
La segunda fase sería el 25 de febrero de 1942, cuando las fuerzas conducidas por Karel Doorman constituidas por una reducida fuerza de cuatro cruceros: De Ruyter, Java, Perth y Houston. Salieron desde Surabaya en busca de los transportes japoneses que realizaban la invasión de la isla de Java y tropezaron con una fuerza japonesa compuesta por los cruceros pesados Nachi y Haguro esta vez la derrota aliada fue contundente bajo los torpedos Long Lance japoneses que decidieron la batalla hundiendo al De Ruyter y al Java, Doorman se retiró con los otros dos bastante dañados.
Días más tarde, el 28 de febrero serían cazados y hundidos el HMS Exeter en el estrecho de la Sunda, el HMAS Encounter y el USS Pope.
En abril de 1942, la mayoría de las unidades navales japonesas estaban repostandoen aguas metropolitanas, lo que no impidió que una fuerza americana compuesta por el USS Hornet y el USS Enterprise se acercaran al perímetro defensivo japonés y efectuaran la Incursión Doolittle, provocando a los altos mandos japoneses a mantener una mayor cantidad de unidades para la defensa costera y a acelerar sus planes de aniquilamiento de las fuerzas americanas en el Pacífico.
Los japoneses a fines de marzo de 1942 se introdujeron en el Golfo de Bengala con las fuerzas de portaaviones y pusieron en fuga a las fuerzas inglesas hundiendo al vetusto HMS Hermes, a los cruceros HMS Cornwall y al HMS Dortsetshire frente a Trincomali, Ceilán (véase Incursión en el Océano Índico). Prácticamente no quedaron fuerzas navales inglesas existentes en la región y la conquista de Java se completó con éxito.
El siguiente evento sería la llamada Batalla del Mar del Coral en mayo de 1942, el primer enfrentamiento entre portaaviones en donde los japoneses en el curso de la Invasión a Tulagi consiguieron una trabajada victoria táctica al hundir al USS Lexington (el portaaviones más grande en su momento junto a su gemelo el USS Saratoga) y dañar gravemente al USS Yorktown (de hecho los japoneses lo dieron por hundido) a cambio del hundimiento del portaaviones ligero Shōhō y daños graves al Shōkaku.

[editar] Inflexión en Midway

Desde hacia unos meses la inteligencia japonesa trabajaba en recabar información sobre un objetivo llamado AF, pero la inteligencia americana estaba en poder del Código púrpura japonés y los japoneses sin saberlo estaban siendo vulnerados en sus mensajerías militares por la inteligencia americana.
Midway eran un par de islas usadas como pistas de emergencia por la Pan Am para sus vuelos transoceánicos en medio del Pacífico. La idea del almirante japonés Isoroku Yamamoto a sugerencia de uno de sus estrategas Ugaki, era apoderarse de las islas Midway y provocar a la armada norteaméricana a una batalla, luego de aniquilada, las Hawái y toda las costa oriental americana estaría al alcance de sus cañones.
Crucero Mikuma bombardeado en las cercanías de Midway.
Durante los juegos de guerra emulando la Batalla de Midway, celebrados a bordo del nuevo acorazado Yamato, las pérdidas japonesas indicaban a lo más un portaaviones hundido y otro gravemente dañado. La operación fue aprobada.
Con el máximo sigilo se hicieron los preparativos para la operación, paralelamente se coordinó una operación distractivo paralela de Conquista de las islas Aleutianas, específicamente a las estaciones Attu y Kiska. Participaban en esta operación las nuevas unidades: acorazado Yamato, portaaviones Junyo y Hiyō.
Mientras tanto, los americanos al tanto de que el próximo objetivo era Midway se prepararon reforzando la defensa de las islas enviando aviones, cañones y personal militar. El USS Yorktown gravemente dañado en la Batalla del Mar del Coral y dado por hundido por los japoneses fue reparado en el plazo de tres días en un gran esfuerzo obrero y para dicha del almirante Chester Nimitz. EE.UU podía entonces contar con tres portaaviones operativos: El USS Yorktown, USS Enterprise y USS Hornet ya que el USS Saratoga estaba siendo reparado en San Diego por daños de ataque de torpedo.
El 4 de junio de 1942, la fuerza japonesa se acercó a Midway con el objetivo de apoderarse de esta mediante una operación anfibia, previa a un ablandamiento por bombardeo aéreo de sus defensas.
Sin embargo, los aviadores japoneses se encontraron con una defensa cerrada no esperada de parte de los defensores de la isla, lo que causó confusión. Por otro lado, los portaaviones de Fletcher ser acercaron por el sur-oeste y comenzaron a buscar desesperadamente a los portaaviones japoneses. La desigualdad de fuerzas favorecía enormemente a los japoneses.[17]
En el primer ataque aéreo los japoneses perdieron 10 aparatos y no lograron ablandar las defensas americanas, por lo que se recomendó un segundo ataque. El grueso de Yamamoto aguardaba a 1000 millas de distancia la espera de poder intervenir si aparecían objetivos que pudiesen interferir la operación. Comandaba la flota de portaaviones japoneses, el almirante Chuichi Nagumo quien recibió los primeros informes del primer ataque aéreo.
Precavidamente había dejado suficientes aviones cargados con torpedos para el caso de que se detectaran naves enemigas.
Los aviones de exploración fracasaron en alertar a Nagumo de la presencia en el área de los tres portaaviones americanos por no reponer a aquellos que presentaron fallos en su reconocimiento.
No fallaron sin embargo, los exploradores americanos quienes ubicaron a los portaaviones y fuerza de invasión japonesa a 320 millas al noroeste de Midway y radiaron la información a Midway y a los portaaviones de Fletcher.[18]
Entretanto Nagumo dio una orden fatal, el cambiar los torpedos con bombas para realizar la segunda pasada por Midway, cuando se había completado la maniobra con una pérdida de tiempo crucial, se detectó un solitario portaaviones enemigo en el área y junto con ese comunicado, se recibió el primer ataque desde aviación americana embarcada, la cual fue rechazada por la cerrada y efectiva defensa antiaérea de los portaaviones japoneses, 80 americanos dejaron su vida en dichos ataques.
Nagumo ordenó enviar la segunda oleada, sin embargo aviones de bombardeo en picado del USS Enterprise localizaron a los portaaviones en ese débil momento y tocaron a tres de los cuatro valiosos portaaviones de Nagumo con resultados realmente devastadores, El Akagi, Kaga y Soryu quienes se hundieron. El Hiryu de Tamon Yamaguchi se salvó solo por estar oculto a la vista de los americanos por unas nubes y situado más al norte. El Hiryu intentó revertir los resultados adversos y atacó al USS Yorktown. Una segunda oleada volvió a atacar al mismo portaaviones por lo que Yamaguchi pensó que había tocado a dos.
Fue sin embargo localizado por aviones del USS Enterprise y dañado tan gravemente que se hundió más tarde.
La pérdida de los cuatro portaaviones y sus valiosos grupos aéreos fueron desastrosos para Japón, quien a partir de ese momento ya no pudo llevar más la iniciativa plena en las acciones en el Pacífico oriental. La conquista de Attu y Kiska fueron un pobre consuelo para Yamamoto y EE.UU. consideró estas pérdidas como poco relevantes.

Consecuencias post-Midway

Una vez terminada la batalla, Japón perdía no solo los 4 portaaviones mencionados, sino que también sufrió la merma de tripulaciones aguerridas y entrenadas, como por ejemplo, la élite de la aviación naval fue aniquilada en Midway. Inmediatamente el alto mando japonés consideró reponer las pérdidas materiales y ordenó varias reconversiones en astilleros.
Una de estas reconversiones fue el tercer miembro de la clase Yamato, el Shinano desde acorazado a portaaviones. Asimismo, varios transatlánticos de línea fueron reconvertidos a portaaviones ligeros y además los acorazados Ise y Hyuga fueron pasados a los astilleros para su reconversión en buques mixtos con una plataforma para hidroaviones a popa.