domingo, 13 de marzo de 2011

armada japonesa

Los primeros astilleros diseñados para crear naves de estilo occidental fueron los de Nagasaki,[2] creados en 1857 bajo el shogunato.
Corbeta Kongo en 1878.
En 1869, durante la llamada Era Meiji se establece un plan para potenciar el arma de mar japonesa en prevención de probables intervenciones armadas tanto de EE.UU. como de otras naciones. Muy patentes estaban las incursiones del comodoro Perry en 1854.
Se ideó un ambicioso plan de 200 naves en 10 flotillas de 20 unidades cada una, pero rebeliones internas como las lideradas por el clan Satsuma en 1877 hicieron retrasar el plan original por algún tiempo.
Como se requería el fortalecimiento de las fuerzas de mar, los japoneses se decidieron a crear una marina a partir de cero. Para ello, los ingenieros japoneses observaron a sus probables rivales tales como Inglaterra y se decidieron a adoptar las políticas navales y militares de las potencias europeas para poder lograr no sólo estar a la misma altura si no que además superarlos en el futuro.
Para ello se envió en 1871 a una delegación de guardiamarinas a imbuirse en todo lo concerniente a lo naval a Inglaterra, entre ellos iba Heihachiro Togo, que sería considerado el padre de la armada japonesa y futuro héroe de la Batalla de Tsushima. En 1871 se decretó que la armada inglesa debía ser el modelo a seguir.
En 1876, estando en Inglaterra, Japón encargo la construcción de su primer acorazado, el Hiei. Togo supervisó la construcción y luego lo entregó en 1877 a su patria. Éste fue el comienzo oficial de la armada japonesa de alta mar. Togo fue ascendido a capitán de navío. Para 1880 ya se poseían 5 navíos.
Rápidamente se incorporó al Jho Sho Maru (Más tarde:Ryujo Maru), el Naniwa y el Takachiho todo esto en 1879.
En 1880, elgobierno Meiji encarga la construcción de 48 navíos, de los cuales 22 son torpederos. También se obtuvo ejemplos de la marina de Francia para copiar algunas de las futuras unidades en construcción.
16 lanchas torpederas clase Kotaba fueron encargados a Francia, a la famosa compañía Creusot, éstos se remitieron por piezas a Japón donde se ensamblaron.
En este periodo, los técnicos japoneses se embeben de la tecnología del torpedo y de las minas submarinas, desarrollando los primeros torpedos en 1884. En 1886, se funda el Centro de Entrenamiento de Torpedos en Yokosuka.
En 1886, se construyen los astilleros de Kure y Sasebo. El primer nombre que tuvo la armada japonesa moderna se llamó Kaikoku Nippon. El primer astillero en botar unidades es el de Yokosuka con la clase Sanseikan, 3 unidades de 320 mm de calibre como armamento principal, éstos tenían la categoría de cruceros.
Éstos eran el Matsushima con 4.700 t y Itsukushima, construido en Francia y que sirvió de guía para los otros dos, y el Hashidate, todos clase Sanseikan.
Se encarga a Inglaterra, al Chiyoda (2.438 t), un crucero pequeño que sirve de guía para construir en Yokosuka al Yaeyama, de 1800 t. Luego se bota al Takao de 1.600 toneladas en el mismo astillero. Se encarga a Francia al Chishima, un explorador de 726 t.
El primer ingeniero naval japonés se llamó Sasō Sachū fue el diseñador (copiador y mejorador) de estas unidades iniciales.
Para mientras Japón empezó a construir los futuros astilleros de Ishikawajima y Kawasaki.
Además de intentar repotenciar las unidades existentes para contrarrestar a las unidades chinas que se iban incorporando provenientes de Alemania, Sachū debió además adecuarlas a las particulares condiciones de mar que rodean al Japón.
Acorazado Mikasa.
El primer contraalmirante se llamó Tsuboi y dirigió en 1892 la construcción del Yoshino, siendo el crucero más rápido del mundo, éste fue botado en los astilleros ingleses Armstrong Works en Elswick, Newcastle sobre el río Tyne.[3]

Primera Guerra Sino-Japonesa

A medida que Japón iba modernizando su Armada, las necesidades de materiales iban en aumento, de este modo Japón ejerció presión para controlar la península de Corea, bajo control chino. China había comenzado un programa de modernización naval unos años antes, encargando unidades a Alemania. Esta situación condujo a una serie de escaramuzas previas y finalmente al inicio de hostilidades el 1 de agosto de 1894.
El 17 de septiembre de ese año la flota japonesa alcanzó el estuario del río Yalu y sorprendió a la flota Beiyang de los chinos, propinándole una contundente derrota con la pérdida del 70% de sus efectivos. En esa batalla se demostró además la corrupción imperante en China, pues parte de los proyectiles artilleros habían sido rellenados con agua o cemento en lugar de explosivo. También es de destacar que altos cuadros de la flota china abandonaron sus puestos y huyeron apenas empezaron a caer proyectiles. Todo ello contribuyó a que una flota japonesa inferior ganase la batalla.
Finalmente China firmó la rendición en 1895, concediendo la independencia a Corea, y entregando como compensación Taiwán, las islas Pescadores, Manchuria y la península de Liaodong, aunque Rusia obligó a Japón a devolverla a China, sólo para que los rusos la ocuparan a su vez poco después. Al quedar de este modo desestabilizada la situación geopolítica de la zona, futura semilla para el próximo conflicto entre el Imperio japonés con la Rusia Imperial, se produjeron tensiones entre Rusia y Japón que el Reino Unido veía con buenos ojos. En 1900, Japón intervino en China nuevamente en la llamada Rebelión de los Boxers junto a Alemania y otras naciones.[4]

Guerra Ruso-Japonesa

Considerando la penetración rusa en Corea y Manchuria un riesgo a su seguridad nacional, Japón exige a Rusia que abandone Manchuria, en cumplimiento de los acuerdos de 1900.
Rusia dilata las conversaciones diplomáticas durante 2 años. Cabe destacar que Nicolás II sentía animadversión hacía el país nipón a raíz de un atentado ocurrido durante una visita de cortesía en 1891.
Japón, harto de esperar en vano una respuesta, y tras enviar un ultimátum, rompe relaciones diplomáticas el 6 de febrero de 1904. Un día antes, el 5 de febrero, las hostilidades se inician con un ataque a Port Arthur, que no puede ser considerado ataque sorpresa por la existencia del ultimátum.
La Armada Imperial Japonesa debido a la alianza con Inglaterra se había potenciado con excelentes navíos de guerra de todo tipo, además había encargado varias otras unidades a Francia, Alemania, una a los Estados Unidos e inclusive un buque adquirido a la Armada de Chile, el crucero Prat.
El entrenamiento japonés era intensivo, además los proyectiles desarrollados eran del tipo perforante. Las condiciones de desenlace favorable siempre estuvieron en las manos del Japón.
Los rusos en cambio, carecían de la disciplina adecuada, la oficialidad caía en la franca mediocridad y sumado a los conflictos internos de Rusia, lo anticuado de sus naves y la inoperancia de sus mandos, la catástrofe se veía venir. En 1904, Japón puso sitio a Port Arthur y se realizaron una serie de escaramuzas, todas fatales para los rusos, en el mismo puerto fue masacrada y convertida en pecios parte de la flota rusa.
En la Batalla de Tsushima en 1905, Japón destruyó el resto de la flota rusa proveniente del mar Báltico y Rusia se vio obligada a solicitar el armisticio bajo la tutela de EE.UU quien se ofreció de mediador.
Dentro de las estipulaciones del armisticio, Japón renunciaba a conquistar nuevos territorios, lo que fue mal visto por los militares japoneses, estas disposiciones fundaron la semilla de guerra nuevamente, esta vez con los EE.UU. para el futuro.
La derrota de Rusia fue recibida con verdadera conmoción en Occidente, el Japón se ganó el respeto de las potencias europeas, especialmente a través de Asia. Que un país no occidental pudiera derrotar en un conflicto bélico a un poder establecido resultó particularmente inspirador para varios movimientos independentistas anticoloniales alrededor del mundo.
De ahí en adelante la Armada Imperial Japonesa se erigió como una de las más poderosas y temidas del mundo en esa época. Después de esta guerra y como consecuencia principal, la armada adquirió prestigio nacional e internacional y quizás lo más nefasto es que se instaló en la conciencia japonesa el mal de victoria. Esta mentalidad adquirida condujo a que el Japón se desarrollara por un lado como una de las armadas más poderosas, modernas y potentes del mundo y por otro lado abriera sus apetitos expansionistas en la búsqueda de recursos naturales.[5]

Primera Guerra Mundial

Artículo principal: Primera Guerra Mundial
IIN Satsuma en 1906.
Acorazado Kongo en 1925.
Con la apertura de la entonces llamada Gran Guerra, Japón continuó aliado al bando inglés adquiriendo de este modo como enemigos a Alemania y el Imperio austrohúngaro.
Japón siguió aumentando su Armada, contaba con el primer acorazado monocalibre tipo Dreadnougth, el Satsuma botado en Yokosuka en 1906, curiosamente antes que el mismo HMS Dreadnought, al que le siguió el acorazado Kawachi, en 1910. Posteriormente se le sumó el nuevo crucero de batalla Kongo, el buque más moderno y potente de su época, seguido por el resto de miembros de su clase, los Hiei (1912), Haruna y Kirishima en 1913.[6]
A raíz del conflicto mundial Inglaterra intentó obtener en préstamo el Kongo, a lo que Japón se negó, siendo éste el último buque construido para la Armada Imperial Japonesa fuera de astilleros japoneses.
De diseño y construcción totalmente nipones fue ya la clase Fusō, compuesta por los acorazados Fusō y Yamashiro; luego un perfeccionamiento sobre esta clase, mejorando protección y armamento dio lugar a la clase Ise, cuyos miembros eran el Ise y el Hyuga. Posteriormente vinieron los acorazados Nagato (1919) y Mutsu (1921), que constituyeron la vanguardia en acorazados.
La intervención de Japón en la Gran Guerra se inició con el asedio y conquista de Tsingtao en la batalla de Tsingtao. El 15 de agosto de 1914, Japón dio un ultimátum a la Alemania imperial conminándola a salir de las aguas chinas y japonesas y transferir el control de Tsingtao a Japón.
La flota alemana al mando del conde Maximilian von Spee que estaba al ancla en ese puerto se retiró casi en su totalidad hacia sus posesiones del Pacífico, en Pagan, en las Marianas. Se destacó el crucero SMS Emden para realizar guerra de corso en ese sector.
El 23 de agosto, el plazo expiró y Japón inició el ataque por tierra con infantería el 13 de septiembre, contando el apoyo naval de unidades pesadas como el Suwo, el Kongo, el Kawachi y el Settsu, rindiéndose la plaza defendida por los alemanes el 6 de noviembre.
Una vez destruida la flota de Spee en la Batalla de las islas Malvinas, Japón aprovechó las circunstancias y se apropió de las posesiones de Alemania en las Marianas, Islas Carolinas y las Marshall hasta el fin del conflicto. También se destacó en el Mediterráneo una flotilla de destructores liderada por un crucero ligero, que protegieron efectivamente convoyes Aliados, con la única pérdida de un destructor a manos de un sumergible austriaco, por ello, una vez terminado el conflicto, Japón recibió como compensación de guerra varios submarinos germanos, que fueron minuciosamente estudiados y que darían pie a la posterior potente flota submarina japonesa.
Al finalizar la Primera Guerra Mundial, y en el plazo de unas cuatro décadas, la flota japonesa era la tercera Armada del mundo, y la ingeniería naval japonesa estaba en condiciones de superar a sus pares.

El Tratado naval de Washington de 1922

Limítes de toneladas
País Acorazados Portaviones
Inglaterra 525,000 toneladas
(533,000 t)
135,000 toneladas
(137,000 t)
Estados Unidos 525,000 toneladas
(533,000 t)
135,000 toneladas
(137,000 t)
Japón 315,000 toneladas
(320,000 t)
81,000 toneladas
(81,000 t)
Francia 175,000 toneladas
(178,000 t)
60,000 toneladas
(61,000 t)
Italia 175,000 toneladas
(178,000 t)
60,000 toneladas
(61,000 t)
Para 1920, Japón se había embarcado en un ambicioso programa naval que buscaba intentar equipararse a Inglaterra y EE.UU. Se habían puesto en grada dos acorazados: el Kaga y el Tosa, que eran mejoras de los acorazados tipo Nagato; además se estaban construyendo cuatro cruceros de batalla con cañones de 16 pulgadas: El Amagi, Takao, Atago, Akagi. Además estaban ya planificados dos nuevos acorazados que superarían a la clase Kaga, el Kii y el Owari.
El rápido y sorprendente desarrollo de la armada japonesa causó alarma en los círculos ingleses y estadounidenses. Estados Unidos logró que Japón se concertara en un tratado que desaceleraría la carrera en armamento naval que Japón había impuesto sobre estas naciones. Para lograr que Japón firmara dicho acuerdo se ofreció a la nación nipona un acuerdo cuatripartito en que Inglaterra y EE.UU renunciaban a construir bases en Hong-Kong y en las Filipinas durante 10 años, garantizando una especie de hegemonía de Japón en toda el área del Pacífico oriental. A cambio, Japón se abstenía de construir más acorazados por el plazo de 10 años y seguiría siendo la tercera armada en importancia del mundo. Estados Unidos e Inglaterra tendrían un tonelaje bélico de 525.000 toneladas; Japón solo 315.000 toneladas en buques de guerra, Francia quedaría en 4º lugar con 175.000 toneladas, lo mismo que la nación italiana.[7]

El periodo de 1922 a 1932

Japón dio rápido cumplimiento al tratado y quedaron en trámite de desguazar en grada, el Kaga (a medio construir) y el Tosa (casi terminado) que fue empleado como pontón y blanco.
Se desguazó además el Takao y el Atago.
Es en este punto, que la Armada de Japón se empieza a interesar en una nueva arma, el portaaviones, y hace los cambios necesarios para la transformación de algunas naves.
El Akagi y el Amagi seguirían camino a ser reconvertidos en la nueva arma que postulaba el capitán de navío Isoroku Yamamoto, el portaaviones de ataque, cuya expresión inicial era el pequeño portaaviones experimental y diseñado desde el principio como tal, el Hōshō de 1921.
En 1923, se botó el primer crucero pesado en su verdadero concepto, el Yubari, cuyo diseño inspiraría a los clase Furutaka.
El casco del Kaga siguió el mismo camino más tarde y fue botado como portaaviones en 1923.
Si bien el tratado limitaba el número de unidades a Japón, los ingenieros navales japoneses se propusieron como objetivo que cada unidad fuese superior en armamento, velocidad y blindaje.
Destructor Ayanami.
De este modo, se cambiaron los calibres en las unidades clase Kongō montándoseles calibres de 356 mm y a los clase Nagato, se les dotó con piezas de 406 mm, al momento de ser montados estos cañones, eran el calibre más grande a flote.
En 1925, se botaba el portaaviones Akagi con su singular diseño de tres cubiertas y se comisionaría en 1927.
En 1926, se botó el primer submarino I-1 clase Junsen, con un desplazamiento de 2480 toneladas y 97,5 m de eslora armado con cañones de 140 mm y seis tubos lanzatorpedos de 53 cm.
Luego se botaron en rápida sucesión, los tipo: KD2 (1 unidad), KD3 (8 unidades), KD4 (4 unidades) y KD5 (2 unidades); estos submarinos eran bastante similares entre si, podían sumergirse a 100 m de profundidad, navegar a 8 nudos en inmersión y 21 nudos en superficie.
Crucero Kuma.
Los clase Kuma, eran cruceros exploradores basados en el Tenryu y resultaron ser unidades muy prácticas para todo cometido, en especial el abastecimiento y asistencia de submarinos en alta mar, más tarde se les usaría como buques de transporte de soldados. A estas unidades les siguieron los clase Natori con puente más robusto pero con la misma línea del casco que sus predecesores y más tarde, los rápidos y mejor armados clase Jintsu.
En 1928, Japón marcó una sustancial diferencia al botar los destructores clase Fubuki, cuyo armamento central eran 3 torretas cerradas de lanzatorpedos capaz de lanzar el famoso torpedo Tipo 93 de 61 cm de diámetro, con propulsión por oxígeno y sin estela.
Los clase Fubuki eran destructores capaces de maniobrar y atacar aun en estado de mar gruesa que era característico del mar de Japón, a una gran velocidad y además estaban excelentemente artillados. El innovador diseño del Fubuki sirvió de guía a otros países y superó a los que ya había botado Japón tales como los Minekaze, los Momi y los Mutsuki dejándolos virtualmente anticuados en menos de 8 años.
Mientras se construían los portaaviones, los japoneses fueron asistidos por expertos ingleses en el entrenamiento de pilotos navales y técnicas de lanzamiento de torpedos y bombardeo en picado.
El Ryujo o Ryujyo fue el segundo portaaviones ligero de la Armada Imperial Japonesa. Fue construido en los astilleros de Mitsubishi en Yokohama en 1929, botado en 1931 y comisionado en 1933.
Portaviones ligero Ryūjō.
Asimismo, fueron botados los primeros y más modernos cruceros de reducto central, los clase Furutaka con artillería de 197 mm. Luego siguieron los clase Aoba con una artillería de 200 mm en 3 torres dobles, todos no sobrepasaban las 10.000 toneladas de desplazamiento.
En 1928, se botaron los clase Myōkō, que eran superiores a los anteriores con cañones de 200 mm en 4 torres dobles, estos magníficos navíos causaron una enorme impresión cuando se presentaron en Inglaterra en 1929.
En 1933, se colocaron sobre la mesa los primeros esbozos de los que serían los super acorazados clase Yamato, cuyo diseño superaba a cuanto se conocía en ese momento.
Cabe destacar que Japón consideraba como serio adversario a los EE.UU debido a su intervencionismo en los intereses de Japón por conquistar nuevos territorios.[8]Conferencia naval de Londres de 1930
En esta conferencia celebrada en el Reino Unido, Japón intentó poseer 78.000 toneladas en submarinos, pero sólo se consiguieron 52.000 toneladas tanto para el mismo Japón como para EE.UU e Inglaterra. Esto no dejó contento a los japoneses pues aquel número limitaba los planes estratégicos de la flota combinada.
La aceptación política de este tratado separó las fuerzas políticas civiles de las militares en un ambiente convulsionado y trajo consecuencias a posteriori.[9]

Perfil formativo de un marino japonés

La instrucción de un marino en la armada japonesa era muy dura, se exigía la obediencia absoluta y estar dispuesto al sacrificio en bien de su patria. Para las clases menores, los errores se pagaban con azotes en los muslos e incluso prisión. La reiteración significaba una humillante expulsión de las filas. Se enfatizaba la cooperación y el trabajo en equipo, que el marino fuese creativo y dispuesto a incluso tomar decisiones en caso de no contar con oficiales al mando.
Para la oficialidad, la vida no era menos dura, se les exigía que no solo fuesen autómatas en ejecutar las órdenes sin no que fuesen capaces de cuestionarlas y proponer ideas e iniciativas nuevas a su oficial superior, si el superior se mantenía en la postura, el oficial debía obedecer ciegamente lo ordenado.
El oficial podía incluso discutir, proponer, desmentir y explayar sus ideas sobre un determinado plan sin faltar el respeto a la institución monolítica del mando. Una vez hallado el consenso, el plan se ejecutaba al pie de la letra sin dar pie atrás.[10]

Ocupación de Manchuria y Segunda Guerra Sino-Japonesa

Artículo principal: Segunda Guerra Sino-Japonesa
El ejército japonés invade Manchuria en 1931 y funda el estado independiente de Manchukuo con el ex-emperador chino Pu-yi como cabeza política visible. En 1933, Japón se retira de la Sociedad de Naciones y en 1934, se desprende de los tratados firmados hasta entonces desamarrándose de las limitaciones armamentísticas y estratégicas que tanto oprimía a los círculos militares y navales del Imperio nipón.
Acorazado Ise en sus inicios.
En 1933, se esbozan los primeros planos de los superacorazados clase Yamato.
Entre 1934 y 1935 el Kaga fue profundamente modificado, eliminando su tres cubiertas y dotándolo de una única cubierta completa. El Akagi experimentó la misma modificación entre 1935 y 1938.
En 1937, se suma a la flota de portaaviones el Soryu, y se bota una versión mejorada del Soryu, el Hiryu, que al año siguiente también se uniría a la flota.
Modelo del Yamato.
En marzo de ese año se ordena el primer superacorazado, el Yamato.
El 19 de agosto de 1937, el USS Augusta anclado en la salida del Yang Tzé en el puerto de Nankín fue atacado por un avión japonés causándole una baja. Este crucero americano estaba realizando labores de evacuación de connacionales de territorio chino, la marina japonesa se disculpó aduciendo confusión del piloto.
Crucero Suzuya.
En noviembre de 1937, se coloca en grada la quilla del Yamato, y se ordena al Musashi.
El 12 de dicimbre de 1937, tuvo lugar el segundo incidente japonés-americano entre el USS Panay y aviones de patrulla japonesa. El resultado del incidente fue el hundimiento de la unidad americana en el Yang-Tzé, la muerte de un periodista italiano y dejar herido al capitán mas 43 marineros heridos, 11 de ellos de gravedad. La armada japonesa pidió disculpas aduciendo un error de identificación.
El gobierno norteamericano se ofreció en mediación en el conflicto pero las pretensiones y amenazas de embargo de petróleo no hicieron otra cosa que ahondar las distancias entre ambos gobiernos.
Formalmente EE.UU. exigió la salida de las fuerzas japonesas de territorio chino, lo que se interpretó como una amenaza hostil para los círculos militares japoneses. En junio de 1938, se coloca en grada al segundo superacorazado clase Yamato, el Musashi.
Más tarde, se encarga el tercer acorazado, el Shinano.[11]

Situación pre-guerra

El Hōshō, el primer navio diseñado para servir como portaaviones en el mundo fue terminado en 1922.
En 1940, el ambiente en el Pacífico era candente, los japoneses seguían en ocupación del territorio chino y amenazaban seriamente la estabilidad con Corea y además los intereses americanos estaban siendo mellados por la política militar expansionista japonesa.
Los Estados Unidos y el Reino Unido impusieron un embargo de metal en bruto seguido por uno de petróleo, una congelación de bienes y el cierre del Canal de Panamá para naves japonesas
Japón empezó a ser ahogado peligrosa y económicamente al cortársele los suministros de metal y de petróleo.
Dada la situación imperante, los militares y la oficialidad de la Marina nipona acabaron por sobreponerse en los designios políticos del Japón. Nunca antes el Japón se había sentido más fuerte para afrontar un conflicto a gran escala. Los militares japoneses consideraban a los americanos como seres desprovistos de voluntad nacional, perezosos y viciosos.
Los acorazado Yamashiro, Fuso y Haruna (en el mismo orden).
De acuerdo con la concepción histórica tradicional entre 1945 y 1989, el mismo emperador Hirohito fue arrastrado por las corrientes bélicas en el palacio, y era manipulado desde atrás sutilmente por militares japoneses enardecidos en nacionalismo que deseaban la guerra con América. La documentación histórica publicada tras la muerte de Hirohito sugiere una mayor implicación del emperador en esta política bélica y su directo respaldo a los militares más nacionalistas (facción Tōseiha). A raíz de estos hallazgos, surgió una controversia, que aún continúa, sobre el alcance de la participación de Hirohito en la guerra.
La creciente tensión en el Pacífico llevó a que finalmente el gobierno japonés se aviniera a firmar el 27 de septiembre de 1940 el denominado Pacto Tripartito e integrar las fueras del Eje. Por él, Japón reconocía el liderazgo de Alemania e Italia en Europa y las dos potencias fascistas aceptaban la hegemonía nipona en Asia.
Además, y aquí estaba la clave del pacto, los tres firmantes se prometían emplear cualquier medio político, económico o militar para ayudarse en caso de ser atacados por cualquier potencia no involucrada en la guerra europea o en el conflicto chino-japonés. El pacto iba dirigido evidentemente contra EE. UU. e indirectamente a la U.R.S.S.
A fines de 1940, el almirante Isoroku Yamamoto fue llamado a Palacio para que pusiese a la Armada en pie de alerta ante el escenario que se estaba desarrollando. Yamamoto explicó al príncipe Konoye que él sólo podía garantizar un año de victorias y que si Japón era incapaz de colocar un golpe contundente y poner de rodillas al gigante americano, las cosas iban a tornarse muy difíciles para el Imperio japonés. Se le solicitó a Yamamoto que elaborara un plan para dar ese primer golpe a América.
En esa época se trasladaron a los astilleros los transatlánticos Izumo Maru Y Kashiwara Maru para ser transformados en los portaaviones ligeros Junyo y Hiyō.
El ataque inglés a Tarento en 1940 dio luces a los japoneses sobre lo que podían hacer aviones cargados con torpedos sobre acorazados anclados en un puerto.[12] [13]
Muchos tácticos y oficiales de la armada fueron convocados a bordo del acorazado Nagato en marzo de 1941 y se les pidió un esbozo de plan de ataque. El plan denominado plan Z, finalmente aceptado, fue el presentado por Minoru Genda, hábil estratega japonés, cuyo plan estaba basado en el ataque a Tarento.
Los preparativos y entrenamiento empezaron en marzo de 1941.
El estado militar del Japón para 1941, no podía ser mejor, estaba equiparado al poderío militar americano e incluso superaban en calibre y número de cañones a flote a los americanos.
  • Los efectivos en servicio eran:
para diciembre de 1941 habían 291.359 marineros y oficiales, incluyendo 1.500 pilotos, de los cuales 350 eran altamente entrenados y servían en los portaaviones.[14]
En el momento previo del ataque a Pearl Harbor en diciembre de 1941, la armada nipona contaba con:

Acorazados

Rangos dentro la Fuerza Aérea de la Armada Imperial Japonesa.
(1) 4 clase Yamato (Uno, el Yamato, prácticamente terminado, y 3 más en construcción (uno, el Musashi, otro, el Shinano, convertido más tarde en portaaviones, y el cuarto, finalmente no terminado))

 Portaaviones

(1) Shōhō, Zuihō, Junyō, Hiyō, Unyō, Chuyo y Taiyō conversiones de otros tipos de buque.

  Cruceros pesados

(1) Ibuki ordenado como crucero, transformado en portaaviones: no terminado.
(2) los Mogami se construyeron como cruceros ligeros, pero se modificaron como cruceros pesados durante 1941.

[editar] Cruceros ligeros

(1) 3 clase Katori (1 cancelado, el Kashiwara), 4 clase Agano y 2 clase Ōyodo (1 cancelado, el Niyodo


Destructores

(1) 27 clase Yugumo y 16 clase Akitsuki en construcción

Submarinos

 Otros

  • 90 patrulleras, lanchas armadas, mercantes armados y caza-submarinos
  • 6 minadores,
  • 42 dragaminas
  • 55 auxiliares

Mercantes

Gran cantidad bajo directo control de la Armada, como mercantes armados.
  • 1939 - 2.337 con 5.629.845 toneladas.
  • construcción de 4.250.000 toneladas durante la Segunda Guerra Mundial.

Aviones

  • 1750 de primera línea, con 370 de entrenamiento
    • 660 cazas
    • 330 aviones de ataque embarcados
    • 240 bombarderos bimotores
    • 520 hidroaviones e hidrocanoas

Entrada en la Segunda Guerra Mundial

Cazas Mitsubishi A6M listos para despegar desde sus bases de Corea rumbo a la isla de Kyushu. Se aprecia el depósito suplementario de combustible bajo el fuselaje.
El primero de una serie de éxitos fue el ataque a Pearl Harbor, la base americana en las Hawai, el domingo 7 de diciembre de 1941.
El arduo entrenamiento dio como resultado un sorprendente ataque japonés muy similar al de Tarento, de hecho, los japoneses se habían fijado en este ataque al elaborar el plan Z.
El resultado de este ataque sorpresa en dos oleadas sucesivas fue paradójico para el Japón, pues hundió no solo los acorazados americanos, si no también su concepto como elemento básico de una marina de guerra.
Los japoneses perdieron 29 aviones con sus 55 tripulantes, así como los 5 minisubmarinos que participaron en el ataque y 9 de sus tripulantes. El décimo marino fue el primer prisionero de guerra japonés.[15]
Las bajas estadounidenses ascendieron a 2.403 muertos, 5 acorazados hundidos, otros 3 dañados, 3 cruceros hundidos, 3 destructores hundidos, 188 aviones destruidos y otros 155 dañados.
Cruceros de la clase Mogami.
Los japoneses se habían entrenado para una batalla decisiva que nunca llegó, en que su fortaleza se basaba en la superioridad en acorazados. De hecho obligó a los EE.UU a usar los portaaviones como arma ofensiva y su desempeño a la larga resultó funesta para la armada japonesa.
Otro hecho relevante fue que despertó en los americanos el deseo de lucha y venganza ,levantando y transformando la alicaída moral inicial en un coraje hacía el pueblo japonés. Junto con el ataque a Pearl Harbor, los japoneses iniciaron la conquista de Indochina, al tiempo que una fuerza conducida por el almirante Kondo llegaba el 9 de diciembre a la denominada Área Sur donde se debía conquistar las Filipinas, las Indias Orientales y la península Malaya.[16]

Éxitos iniciales

El 10 de diciembre hundieron mediante un ataque aéreo al acorazado HMS Prince of Wales y al crucero de batalla HMS Repulse. Los aviones japoneses estaban basados en Indochina y las fuerzas del almirante Kondo no tuvieron necesidad de intervenir a pesar de que ya se dirigían al sector. (ver: Hundimiento del HMS Prince of Wales y del HMS Repulse)
El 11 de diciembre los japoneses efectuaron el Invasión de Wake forzando después de dos dramáticos intentos de desembarco, a rendirse a los marinos y personal civil que guarnecían la isla y que dieron una feroz defensa hundiendo al primer buque de guerra japonés, el destructor Hayate.
Los japoneses se vieron obligados a emplear unidades mayores como los portaaviones Hiryu y Soryu que venían de vuelta desde Pearl Harbor para rendir la isla, capturando a 98 civiles. La pérdida de Wake fue considerada por los EE.UU como irrelevante.
Para comienzos de 1942, las posiciones japonesas en el Pacífico Sur estaban consolidadas.
Sumatra había sido conquistada, Singapur estaba a pasos de caer, la isla de Borneo estaba siendo conquistada, Timor estaba en vías de ser invadida y nada podía contener el imparable avance japonés que convergía en Java, mientras EE.UU. todavía no se recuperaba del mazazo de Pearl Harbor.
Portaviones Soryu.
El 4 de febrero de 1942, una fuerza combinada holandesa-americana fue atacada por bombarderos japoneses en Bali, averiando gravemente al SS Houston y al SS Marblehead, este hecho desembocaría en consecuencias para los aliados, el 18 de febrero cuando las fuerzas del contraalmirante Karel Doorman fueron rechazadas en un combate naval en que participó el crucero ligero Nagara y tres destructores en el estrecho de Lombok, en el área de Bali, perdiendo los americanos el destructor Piet Hein y el Tromp. Este episodio sería considerado como la Batalla del Mar de Java en su primera fase.
La segunda fase sería el 25 de febrero de 1942, cuando las fuerzas conducidas por Karel Doorman constituidas por una reducida fuerza de cuatro cruceros: De Ruyter, Java, Perth y Houston. Salieron desde Surabaya en busca de los transportes japoneses que realizaban la invasión de la isla de Java y tropezaron con una fuerza japonesa compuesta por los cruceros pesados Nachi y Haguro esta vez la derrota aliada fue contundente bajo los torpedos Long Lance japoneses que decidieron la batalla hundiendo al De Ruyter y al Java, Doorman se retiró con los otros dos bastante dañados.
Días más tarde, el 28 de febrero serían cazados y hundidos el HMS Exeter en el estrecho de la Sunda, el HMAS Encounter y el USS Pope.
En abril de 1942, la mayoría de las unidades navales japonesas estaban repostandoen aguas metropolitanas, lo que no impidió que una fuerza americana compuesta por el USS Hornet y el USS Enterprise se acercaran al perímetro defensivo japonés y efectuaran la Incursión Doolittle, provocando a los altos mandos japoneses a mantener una mayor cantidad de unidades para la defensa costera y a acelerar sus planes de aniquilamiento de las fuerzas americanas en el Pacífico.
Los japoneses a fines de marzo de 1942 se introdujeron en el Golfo de Bengala con las fuerzas de portaaviones y pusieron en fuga a las fuerzas inglesas hundiendo al vetusto HMS Hermes, a los cruceros HMS Cornwall y al HMS Dortsetshire frente a Trincomali, Ceilán (véase Incursión en el Océano Índico). Prácticamente no quedaron fuerzas navales inglesas existentes en la región y la conquista de Java se completó con éxito.
El siguiente evento sería la llamada Batalla del Mar del Coral en mayo de 1942, el primer enfrentamiento entre portaaviones en donde los japoneses en el curso de la Invasión a Tulagi consiguieron una trabajada victoria táctica al hundir al USS Lexington (el portaaviones más grande en su momento junto a su gemelo el USS Saratoga) y dañar gravemente al USS Yorktown (de hecho los japoneses lo dieron por hundido) a cambio del hundimiento del portaaviones ligero Shōhō y daños graves al Shōkaku.

[editar] Inflexión en Midway

Desde hacia unos meses la inteligencia japonesa trabajaba en recabar información sobre un objetivo llamado AF, pero la inteligencia americana estaba en poder del Código púrpura japonés y los japoneses sin saberlo estaban siendo vulnerados en sus mensajerías militares por la inteligencia americana.
Midway eran un par de islas usadas como pistas de emergencia por la Pan Am para sus vuelos transoceánicos en medio del Pacífico. La idea del almirante japonés Isoroku Yamamoto a sugerencia de uno de sus estrategas Ugaki, era apoderarse de las islas Midway y provocar a la armada norteaméricana a una batalla, luego de aniquilada, las Hawái y toda las costa oriental americana estaría al alcance de sus cañones.
Crucero Mikuma bombardeado en las cercanías de Midway.
Durante los juegos de guerra emulando la Batalla de Midway, celebrados a bordo del nuevo acorazado Yamato, las pérdidas japonesas indicaban a lo más un portaaviones hundido y otro gravemente dañado. La operación fue aprobada.
Con el máximo sigilo se hicieron los preparativos para la operación, paralelamente se coordinó una operación distractivo paralela de Conquista de las islas Aleutianas, específicamente a las estaciones Attu y Kiska. Participaban en esta operación las nuevas unidades: acorazado Yamato, portaaviones Junyo y Hiyō.
Mientras tanto, los americanos al tanto de que el próximo objetivo era Midway se prepararon reforzando la defensa de las islas enviando aviones, cañones y personal militar. El USS Yorktown gravemente dañado en la Batalla del Mar del Coral y dado por hundido por los japoneses fue reparado en el plazo de tres días en un gran esfuerzo obrero y para dicha del almirante Chester Nimitz. EE.UU podía entonces contar con tres portaaviones operativos: El USS Yorktown, USS Enterprise y USS Hornet ya que el USS Saratoga estaba siendo reparado en San Diego por daños de ataque de torpedo.
El 4 de junio de 1942, la fuerza japonesa se acercó a Midway con el objetivo de apoderarse de esta mediante una operación anfibia, previa a un ablandamiento por bombardeo aéreo de sus defensas.
Sin embargo, los aviadores japoneses se encontraron con una defensa cerrada no esperada de parte de los defensores de la isla, lo que causó confusión. Por otro lado, los portaaviones de Fletcher ser acercaron por el sur-oeste y comenzaron a buscar desesperadamente a los portaaviones japoneses. La desigualdad de fuerzas favorecía enormemente a los japoneses.[17]
En el primer ataque aéreo los japoneses perdieron 10 aparatos y no lograron ablandar las defensas americanas, por lo que se recomendó un segundo ataque. El grueso de Yamamoto aguardaba a 1000 millas de distancia la espera de poder intervenir si aparecían objetivos que pudiesen interferir la operación. Comandaba la flota de portaaviones japoneses, el almirante Chuichi Nagumo quien recibió los primeros informes del primer ataque aéreo.
Precavidamente había dejado suficientes aviones cargados con torpedos para el caso de que se detectaran naves enemigas.
Los aviones de exploración fracasaron en alertar a Nagumo de la presencia en el área de los tres portaaviones americanos por no reponer a aquellos que presentaron fallos en su reconocimiento.
No fallaron sin embargo, los exploradores americanos quienes ubicaron a los portaaviones y fuerza de invasión japonesa a 320 millas al noroeste de Midway y radiaron la información a Midway y a los portaaviones de Fletcher.[18]
Entretanto Nagumo dio una orden fatal, el cambiar los torpedos con bombas para realizar la segunda pasada por Midway, cuando se había completado la maniobra con una pérdida de tiempo crucial, se detectó un solitario portaaviones enemigo en el área y junto con ese comunicado, se recibió el primer ataque desde aviación americana embarcada, la cual fue rechazada por la cerrada y efectiva defensa antiaérea de los portaaviones japoneses, 80 americanos dejaron su vida en dichos ataques.
Nagumo ordenó enviar la segunda oleada, sin embargo aviones de bombardeo en picado del USS Enterprise localizaron a los portaaviones en ese débil momento y tocaron a tres de los cuatro valiosos portaaviones de Nagumo con resultados realmente devastadores, El Akagi, Kaga y Soryu quienes se hundieron. El Hiryu de Tamon Yamaguchi se salvó solo por estar oculto a la vista de los americanos por unas nubes y situado más al norte. El Hiryu intentó revertir los resultados adversos y atacó al USS Yorktown. Una segunda oleada volvió a atacar al mismo portaaviones por lo que Yamaguchi pensó que había tocado a dos.
Fue sin embargo localizado por aviones del USS Enterprise y dañado tan gravemente que se hundió más tarde.
La pérdida de los cuatro portaaviones y sus valiosos grupos aéreos fueron desastrosos para Japón, quien a partir de ese momento ya no pudo llevar más la iniciativa plena en las acciones en el Pacífico oriental. La conquista de Attu y Kiska fueron un pobre consuelo para Yamamoto y EE.UU. consideró estas pérdidas como poco relevantes.

Consecuencias post-Midway

Una vez terminada la batalla, Japón perdía no solo los 4 portaaviones mencionados, sino que también sufrió la merma de tripulaciones aguerridas y entrenadas, como por ejemplo, la élite de la aviación naval fue aniquilada en Midway. Inmediatamente el alto mando japonés consideró reponer las pérdidas materiales y ordenó varias reconversiones en astilleros.
Una de estas reconversiones fue el tercer miembro de la clase Yamato, el Shinano desde acorazado a portaaviones. Asimismo, varios transatlánticos de línea fueron reconvertidos a portaaviones ligeros y además los acorazados Ise y Hyuga fueron pasados a los astilleros para su reconversión en buques mixtos con una plataforma para hidroaviones a popa.


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